Joseph Cáceres

El cuento de nunca acabar

Regresando al país por el aeropuerto Las Américas me encontré con la buena nueva de que la autopista que conduce a Santo Domingo ha sido de nuevo iluminada.

Me sentí contento, porque es la principal vía de entrada al país, y la carencia de iluminación le da un aspecto tétrico a la misma.

Es deprimente llegar al país de noche y encontrarse que en una tierra de gente tan  alegre, el saludo que recibe el visitante, nativo o extranjero, es una avenida oscura  que parece una boca de lobo.

Y no de cualquier lobo, sino de gente que aprovecha la oscuridad para cometer fechorías, como son los atracos que se producen contra viajeros que llegan al país cargados de maletas, y a los que los delincuentes les suponen una generosa posesión de dólares.

Qué bueno, que esta vía ha sido iluminada nuevamente. Parece un arbolito de navidad...

Pero, por cuánto tiempo?.

Según pude leer se invirtieron 7 millones,  en la istalación de 29 mil metros de cable y  855 luminarias.

"Carne fresca" para los ladrones que roban cables y hasta las lámparas.

Delincuentes  que hasta tienen camiones especializados  con escaleras que simulan ser empleados de Ede Este para cometer sus desmanes.

En tanto que otros son recurrentes en lanzar ganzúas para tumbar tramos de alambres, en razón de que se insiste en el cableado aéreo en vez de subterraneo.

Se pensó que al colocarlo  por arriba se la ponían difícil a los delincuentes y no ha sido así.

Se debería volver al soterrado, en tubos galvanizados, con zanjas encementadas, con amarres troncales de los alambres de un poste a otro, de manera que no puedan halarlos ni sacarlos fácilmente.

Pero, al parecer hay gente a la que le interesa que sigan robando...

Lo mismo ocurre con las tapas del alcantarillado de Inapa que se las han robado casi todas, y nada se hace para impedirlo.

Claro,  son bienes estatales y no tienen dueño...

Codetel corrigió el robo de sus tapas soldándolas, y santo remedio...

Es preferible desoldarlas para cualquier reparación, a perderla por un robo y tener que reponerla.

Es el cuento de nunca acabar, porque el gran negocio está en las denominadas metaleras que parecen tener licencia para delinquir comprando objetos metálicos robados.

Lo grande del caso es que se les permite exportar cobre para China, cuando aquí no hay mina de ese metal.

Hasta un idiota sabe que ese cobre es robado...

Pero en un estado donde hay tantos ladrones, los que roban alambre dirán que "ladrón que le roba a ladrón tiene 100 años de perdón", lo cual es una falsa creencia y justicación, pues eso que roban no es del gobierno, sino comprado con dinero del pueblo.