¡Estoy jarto!...¡Es jarto que estoy!

Los bumpers de entrada de muchos programas de entrevistas y comentarios, invariablemente  con escenas de actividades económicas, políticas, sociales, policiales, también imágenes secuenciadas de políticos, gobernantes, como uno que hay por ahí, donde hasta imágenes de Antonio Guzmán, Jorge Blanco, Peña Gómez y Balaguer incluye, como si estuvieran vivos.

Los canales que creen que se la están comiendo con anunciar con una cortinilla la clasificación del suguiente programa, diciendo que es clasificación A, B o C, o que el contenido es para todo público o adultos. Si supieran el caso que la gente le hace a eso. Incluyendo algunos padres que ven películas violentísimas junto a sus hijos. Y hasta con escenas calientes, dizque “para que aprendan”… 

Los productores de programas que anuncian que vienen con algo nuevo, que traen un novedoso cambio en su formato, y lo que le salen a uno es con una pantalla plana de LCD o LED en el set, un recurso ya viejo, que usted lo ve hasta en los canales provinciales de UHF o del cable.

La laptop de adorno que tienen muchos panelistas y comentaristas, no se sabe para qué, pues ni siquiera conexión de wifi tienen, nada más haciendo bulto.

Peores son los programas de entrevistas de las dos butacas y una mesita. ¡Ya hartan!. ¡Por Dios!. Hay que ser masoquista para verlos.

Los programas que se van al extremo, con unas butacas y unas cortinas imperiales, exageradamente  cargadas de elementos que distraen y molestan, como si estuviéramos en la época del Barroco, en tiempos como los actuales, donde impera el minimalismo  y hay otros elementos que visualmente son los que categorizan la modernidad.

Los programas de noticias que quieren copiar a Univisión y a CNN. Dizque “ahora pasamos a nuestro centro satélite”, que cualquiera piensa que es a transmitir desde la NASA, y se aparece una tipa con las noticias  internacionales  en un set con un panel de cartón piedra pintado, que se  ve que está ahí mismo al lado. ¡Hartan los pretensiosos.! 

Los presentadores del programa que siempre recurren al cliché “es nada más y nada menos”, al anunciar a alguien.

Los programas de comentarios políticos, que de repente entran a un segmento para la juventud con música urbana, o que cambian a dar recetas de cocina, para las amas de casa, creyendo que los jóvenes y las mujeres van a estar viendo esa vaina. Aparte de que cuando se anuncia algo diferente a lo que usted está viendo, seguro que la huida es inminente.

Los reporteros que todavía a estas alturas del juego andan haciendo reportajes de letrinas, dizque para que el gobierno acuda en auxilio de "los infelices padres de familia" proyectando escenas de mal gusto a la hora de la comida. Eso lo hacían antes den TV 13, con la famosa frase de  “He ahí la inmundicie”.

Los programas matutinos que para poner de relieve que es en la mañana, siempre tienen una taza de café vacía haciendo bulto, como si uno estuviera perdido en el tiempo.

La gente que en la televisión  le quiere caer atrás a la radio. Que están haciendo radio y no televisión. Que han olvidado que la televisión es imagen. 

Los programas deportivos que también tienen un bumber de entrada o presentación con una retahila de imágenes con jugadas de partidos de beisbol, baloncesto, natación y todo lo que encuentran para “empatar”, como si no pudieran hacer algo más digno y creativo, yéndose siempre a  lo fácil. ¡Descerebrados!

Las presentadoras de programas que cada vez que les dan el turno para hablar empiezan con el cliché de  “claro que si”. Esa es una muletilla maldita, que pone de relieve que en el cerebro de esas chicas lo que hay son dos mosquitos peleando espada, disputándose a quien van a picar para pegarle la chikungunya.

Y me voy, porque estoy ¡jarto hasta de mi mismo!.