sábado, 28 de marzo de 2015

Mirando a ver si fue huevos, que puso la marrana...

La radio en su laberinto
Es curioso el hecho de que en el gobierno de Hipólito Mejía se le concedieron frecuencias para operar emisoras de radio a varias figuras del medio artístico, y ninguno se quedó con ellas.
El difunto Eddy Abikarán, quien instaló su emisora en Nagua, y luego la vendió a la gente de Ferretería Americana, propietarios de Tele Radio América, de Neón, Estación y un canal de televisión UHF.
Periandro Delgado, quien operó la emisora Tentación, que luego fue La Dura, y una emisora para enseñar clases de inglés, hasta ser comprada por Antonio Espaillat, quien regentea varias estaciones de radio, entre ellas las del grupo Bonetti.
Juan TH, Luis Medrano y Sergio Vargas también obtuvieron permisos para radioemisoras.
Sergio para operar Radio Villa, en Villa Altagracia, pero fue una especie de debut y despedida.
Uno que si aprovechó las emisoras que consiguió en el gobierno de Leonel Fernández es Omar Liriano, quien fue locutor oficial  de los actos en su gobierno, así como también director del Centro de Información Gubernamental. Opera varias emisoras en el interior del país.
Pero es raro el artista o la figura del medio que se haya mantenido en el negocio de la radio.
Juan Luis Guerra soltó en banda a Radio Viva, hoy Fidelity, operada por Bienvenido Rodríguez, dueño de la Z, quien ha sido el más exitoso de todo.
No solo fue el más grande en el negocio del disco, sino que también ha repetido su hazaña en la radio.
Aunque de ese éxito radial, hay que decirlo, en nada se han beneficiado los artistas dominicanos, pues Bienvenido en sus emisoras no toca a los criollos, y lo mismo hicieron Juan Luis y Wilfrido, cuando regentearon estaciones de radio.
Johnny Ventura tuvo a Radio Fiesta, y luego fue co-dueño de Radio Popular, junto a Rafael Corporán, cuando Carlos Pérez Ricart y Alejandro Grullón los apoyaron para que tuvieran su propia estación de radio. Después que la estación inició operaciones en el 1975, Johnny dejó solo a Corporán en el negocio.
Corporán llegó a tener una cadena grande de emisoras, y cometió el error de venderlas al Banco del Progreso, haciendo uno de los peores negocios que se recuerden en la historia de la radio.
Si seguimos sacando cuenta, los disqueros Juan y Nelson tuvieron a Rumba en la capital y Rumba en Santiago, y después de haberlas impulsado, salieron de ellas.
En el caso de Rumba, en la capital, le hizo daño la salida de Jochy Santos y Botando El Golpe, cuando se fue para Zol F.M. que era operada por Baninter, con una oferta de 10 millones de pesos. Posteriormente  Impacto Deportivo, de Franklyn Mirabal, los dos programas más importantes de la emisora.
Aunque Botando el Golpe continuó en el aire, con los ex compañeros de Jochy Santos, que se quedaron, al final del camino no pudieron mantenerse en el sendero, como quedó demostrado.
J&N le vendieron al merenguero El Faraón la emisora Rumba F.M. de Santiago, pero este luego de un tiempo, se la vendió a su vez al grupo Telemicro.
Como se sabe, Rumba, en la capital, fue adquirida por José Cabrera, de la Radiocadena Hispanoamericana, que luego las vendió todas al senador Félix Bautista.
El locutor Héctor José Torres vendió a una iglesia cristiana a Radio Universal F.M., quedándose con la A.M., esperanzado en que llegue el momento de la radio digital. Allí agota un turno, haciendo un programa desde la época en que se le conocía como La Fuerza.
De las pocas figuras del medio artístico que han permanecido en el negocio está Jossie Esteban con Super Q y la emisora Manía, que ahora es cristiana. La frecuencia de Latido F.M. era suya, pero se la arrendó a Marino Vázquez, a quien finalmente le vendió.
Marino, de igual manera arrendó a Kiss F.M., propiedad de Wilfrido Vargas, quien ha preferido recibir una elevada suma de dinero en dólares, mensuales, sin tener que correr con gastos operacionales, pago de energía eléctrica, del personal, combustible, ni  impuestos, en una época en que el negocio de la radio se está llevando de encuentro a mucha gente.
Hasta emisoras que eran musicales, operadas  por consorcios empresariales poderosos, como las del grupo de Teleradio-América, han tenido que entrar en el negocio de arrendar todos sus espacios, como es el caso de Neón y Estación, para poder sustentarse.
Lo mismo ha acontecido con La Nota Diferente, del Grupo Corripio, que se ha convertido en una emisora hablada, llena de espacios de diferentes temáticas.
Y si esas son las emisoras de los poderosos, ¿qué les dejan a los románticos chiquitos?…
Hay que entenderlo… el horno ya no esta para “galletitas”. Ya nadie vive de música, ni siquiera los mismos que se defienden con la llaqmdda payola.

Hasta los cristinanos se han apoderado de emisoras que antes eran de música pagana, lo cual ha representado un duro golpe para la música, en especial para el merengue, que era el dueño de la radio en los 80’s.
Pero, ya la pava no pone donde ponía. Todo ha cambiado..
Y como dice la canción de emmanuel, "todo se derrumbó detrás de ti", aunque algunos no quieran admitirlo...
Que sigan ahí,a ver, "si fue huevos que puso la marrana", como dice el campesino Ñiñingo.

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NIURKA BAEZ,
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