El arte de mandar a hacer mirando desde palco...

¡Ven, hazlo tú!

Dos proyectos que se quedaron engavetados en Telemicro...
El periódico La Opción, que sería de circulación matutita, y gratuito como Diario Libre y El Día, del cual se hicieron pruebas hasta de su diseño gráfico, muy moderno y atractivo.
Había el propósito de adquirir para su impresión una rotativa  que vino al país para otra publicación que sería la edición impresa del desaparecido Clave Digital.
Una impresora moderna, con tecnología de punta.
Sin embargo, luego de que se hicieron estudios de factibilidad, el periódico La Opción  quedó en un limbo.
No hay que olvicdar que el periodismo impreso no ha estado en buen momento, y que por el contrario  varias publicaciones desaparecieron como fue La Noticia, Ultima Hora, El Siglo, Revista Ahora!, Rumbo, Sucesos, Ysabela, por solo citar algunos.

El otro proyecto de Telemicro fue un programa que se diseñó para competir con Chévere Night  de Milagros Germán al frente del cual estarían Fausto Mata (Boca de Piano) y Nahiony Reyes.

Hasta se había diseñado una lujosa escenografía para el show de variedades, pero al final se dejó que el proyecto durmiera el sueño eterno.

Y es que también en materia de televisión de factura local es necesario tomar las cosas con pinzas, no por simple efervescencia y entusiasmo del momento, porque aunque muchos no  lo crean, la televisión es un negocio costoso.

Muchos de los programas de factura local, si se miden en términos de venta y facturación, no de audiencia, lo que dejan es pérdidas. No es verdad que anunciando mueblerias, colchones, comedores de Nueva York, y tiendas de ropa  de la zona oriental de las que visten por intercambio las megadivas se va a sostener un programa, calculando en costos reales lo que vale una hora de televisión.

No sólo lo que cuesta tener un estudio encendido, las luces, el aire acondicionado, los equipos, la escenografía, el personal, la logística que hay que implementar, la operación de potentes transmisores, no solo para la capital , sino en cada uno de los puntos no es necesario tener relevos para cubrir toda la geografía nacional, con sus plantas de emergencia, en lugares donde no hay energía estable. ¿Y es fácil?.

Hacer televisión no es solo maquillarse y ponerse frente a una cámara con una cara de "chuflay" a hablar plepla.

Y eso lo saben aquí los dueños de canales, pues todos miden la facturación de la competencia, igual a lo que ocurre con los periódicos, que le calculan las pulgadas de anuncio que publican los demás, y así estiman cuando están abajo o arriba. 

O sea, no es un negocio a loco. Establecen lo que facturan sus empresas, pero también saben cuanto es la venta de los demás.

Lo que sucede es que para el que está fuera, viendo las cosas en palcos y en graderías, le resulta muy fácil opinar y teorizar, pero "el corazón de la auyama, solo lo conoce el cuchillo".

Es muy fácil pedir "haz esto",  "haz aquello", o preguntar "¿por qué no hacen esto?", o "¿por qué no hacen aquello?".

Bueno sería responderles, ¡ven, hazlo tú!, como la comedia de Manolo Ozauna ¡Ven, Cásate Tú!