Joseph Cáceres

Un milloncito de los verdes por un besito...

Aunque para el año 1990 no existía el término “megadiva” y mucho menos el de  “chapiadora”, nuestro admirado y respetado Cuco Valoy (es uno de los músicos y artistas por los que más sentimos admiración y respeto por su legado musical) inconscientemente le cantó a la chapiadora con “El Milloncito”.

Un milloncito de los verdes por un besito, para que ella se compre un yate y no se la coman los pecaos. Un yatecito de esos en los que tanto les gusta encaramarse y exhibirse a algunas mujeres de los medios.

Es un merengue jocoso, pero que relata la realidad de la que hoy tanto se habla,  de que, supuestamente, algunas chicas de la televisión no viven precisamente de su labor en este medio y mucho menos tienen forma de adquirir los vehículos de lujo que ostentan, ni pueden pagar los “palomares” en que algunas viven, ni costear todo lo que exhiben. 

“Por un milloncito cualquiera lo da… cualquiera da un cariñito si le dan un milloncito.” 
Para el mercado masculino es difícil lograr algo por un besito, pues ya no hay tantas señoras mayores que estén dispuestas a dejarse “pelar” muy fácilmente. Además, el hombre tiene la desventaja de que no puede realizarse cirugías hasta en las plantas de los pies, así como ponerse botox o colágeno, agrandarse los labios, llevar extensiones de pelo, colocarse pompis, ya sea inyectados, plásticos o de acero inoxidable, tampoco puede arrancarse cuatro costillas y mucho menos recibir una vaginoplastia o reconstrucción vaginal.

Pero como estamos hablando de historia musical y no del fascinante mundo de las “mega mamis”, “El Milloncito” es un merengue pegajoso, con el tumbao Valoy, y que como muchísimos de los trabajos musicales de Cuco, nosotros disfrutamos. 

Quien no lo haya escuchado o no le haya puesto atención, aquí y ahora en Merengala puede hacerlo, mientras le dejamos esta preguntita: ¿Y usted, daría un milloncito de los verdes por un besito?.