Joseph Cáceres

Hard Rock Café, como expresión de una cultura que asocia la música con la gastronomía

Hard Rock Café es sin duda la cadena de restaurantes más grande y famosa del mundo, con 140 locales, incluyendo hoteles y casinos en 41 países.

En conjunto, la franquicia posee la memorabilia más grande  y la más valiosa colección del mundo, con más de 68 mil guitarras, baterías, pianos, armónicas, micrófonos, camisetas, pantalones, bufandas, zapatos, partituras originales, automóviles, motocicletas, y hasta un autobús.

He tenido la experiencia de conocer los Hard Rock Café de Madrid, Barcelona, Philadelphia, Paris, Londres, (donde nació) Bogotá, New York, Orlando, Caracas, Santiago de Chile, y en muchos otros lugares, pues desde nuestra óptica es la expresión de una cultura, así como lo es el rock, 

Hard Rock Café es así un museo de la música, que aún cuando corresponda a la expresión de otra cultura, no podemos evitar que nos atrape y forme parte de nuestra gama de mancuernas, sin que por ello tengamos que dejar de lado la grandiosidad de un Smithsonian American Art Museum, que naturalmente, es otra cosa.

Y como no solo de batata con leche vive el hombre, un detalle que observamos en la diversidad gastronómica de Hard Rock Café, a lo largo y ancho del mundo, es la identidad que procura en sus ofertas y cartas.

Hay un combo presente en cualquier Hard Rock Café del mundo, que le ha conferido particularidad a la marca, como lo es ese plato que sirven aquí en todas las ruedas de prensa, pero que es un combinado esencial en la oferta gastronómica del establecimiento.

Siempre presente las Onion rings (cebollas caramelizadas), el Tupelo Chiken Tenders, (pechugas empanizadas), Hickory Smoked Chicken Wings, (las alitas de pollo ahumadas)  y por supuesto los Spring Rolls, (rollos de primavera)  y el dressing las salsas de blue cheese, la hickoy barbecue, las honey mustard.

Es la bandera de Hard Rock, así como el arroz, habichuela y carne lo es para nosotros. Un menú sencillo, para colectivos, que lo puede disfrutar en Kuala Lumpur, en Malasia, en Miami, y  por supuesto, profesor, aquí en República Dominicana.