domingo, 9 de julio de 2017

LECTURAS DOMINICALES

Milagros Mulata Lanty
JOSÉ DEL CASTILLO PICHARDO
El 22 de junio pasado falleció en Río de Janeiro la excepcional Milagros Lanty, quien encarnara junto a Casandra Damirón y Elenita Santos la trilogía cantora femenina más popular en los años dorados de La Voz Dominicana. Una mulata hermosa plena de gracia que hizo carrera internacional en el Caribe, México, Sudamérica, y se radicó por más de medio siglo en Brasil. En las grabaciones discográficas –aparte los registros sonoros atesorados en los archivos de LVD-, la Lanty puso su voz a discos de 78 rpm editados por Julio Tonos como Mi reina, salve-merengue de Brens, con anverso del mambo chacha Ya no le dicen ná del pianista cubano Yoyo Casteleiro, quien fuera director orquestal en la referida planta radio televisora.
En México RCA Victor produjo el LP Reina del Caribe con 12 cortes en los que la artista despliega sus formidables recursos vocales, acompañada por las orquestas de Mario Ruíz Armengol y Mario Patrón. Con el respaldo del músico argentino Peter Delis, grabó el LP El Cumbanchero bajo el sello Virrey, de Perú, en el que destacan mambos, rumbas, cumbias y canciones afrocubanas.
Bullumba Landestoy compuso Yo soy mulata que ella consagró. Toña la Negra llevó el tema al acetato en 1952 con la orquesta de Rafael de Paz, interpretado también por la contralto boricua Ruth Fernández. Pero la versión de la Lanty es magistral. Ella –como la recuerdo en los 50-, una bella mulata “fina”, elegante, casi aristocrática, buenaza, con su pelo bien arreglado de salón. Una hembra de raza con voz divina. Un ángel antillano que de ser el caso, no se le habría escapado a los Lecuona y Grenet, cazadores de talentos, para ensamblar sus magníficas zarzuelas y revistas afrocubanas que enloquecieron a Barcelona, París y Madrid en los años 30.
Con pleno dominio escénico, esa muñecota proclamaba sin rubor: “Yo soy mulata/y a orgullo tengo/ tener la sangre de negro en mis venas/Yo soy mulata/y no me importa/que me critiquen si yo tengo bemba/Yo no sé por qué la gente/me critica porque tengo pelo duro/Yo no sé/Y si visto de colores/me critican y me dicen/que qué mal gusto/tengo yo”. Enfatizando: “Pero no importa/Yo soy mulata/ y a orgullo tengo tener piel tostá/Y no me importa/ si tengo ñata/ yo soy mulata, mulata e’ verdá.”
Aunque este verdadero manifiesto mulato lo encarnaba Milagros en La Voz Dominicana, Toña se lo llevó y lo grabó en México, dándole proyección continental, algo que hizo la Lanty luego. Cuando se comparan ambas versiones, la de la Lanty no tiene madre. Es arrogante, provocativa. La mexicana es más recatada, más mestiza que mulata, casi un lamento jarocho. La dominicana se rebela, desnuda el alma, pone la ñata, raspa la garganta a lo Satchmo y muestra sus encantos.
De Eliseo Grenet, aquél que llevó al pentagrama los poemas de Motivos de Son de Guillén, la Lanty ha sido médium destacada. Así figura Facundo, una pieza llena de consejos prácticos: “El cielo se ha puesto negro Facundo/ La tierra está abochorná/ Ya no hay nadie que la cuide Facundo/ la tienen abandoná/ Porque casi todo el mundo/ se ha ido pá la ciudad/ Déjate de cuento negro Facundo/ que el cuento no te da ná/ Trabaja negro trabaja/ Trabaja pá tu provecho/ Pa que no te digan vago por la calle/ Y pá que no vivas siempre tan estrecho/ Si quieres llegar a viejo Facundo/ apréndete este consejo/ Trabaja Facundo/ porque así lo manda Dios/ Hay que cultivar la tierra/ pá que nos mande su bendición/ Trabaja negro trabaja/ Y vive de tu sudor/ Verás que el pan que te comas/ así te sabrá mejor.”
Otra de Grenet, elocuentemente tierna, es Drume negrita: “Mamá la negrita/ se le salen lo pie’ la cunita/Y la negra Mercé/ ya no sabe que hacé/ Tu drume negrita/ que yo va’ comprá nueva cunita/ que va’ tené capité/ que va’ tené cascabé/ Si tu drume/ yo te traigo un mamey/ muy colorao/ Y si no drume/ yo te traigo un babalao/ que da pau-pau”. Una canción de cuna amorosa, que revela el mundo de creencias religiosas de las etnias africanas que poblaron Cuba y que dieron vida a sus cofradías. Bola de Nieve tiene una versión en su estilo único. Atahualpa Yupanqui hizo lo propio, inspirado en este tema. Y “la negra” Mercedes Sosa le agregó su voz de vasija antigua, de raíz enternecida ante el ciclo prodigioso de la vida que crece en la criatura que drume.
De Margarita Lecuona, Babalú se multiplica en la garganta polifacética de Milagros Lanty. Tras la famosísima invocación Babaluyesca que introduce el tema -mismo que catapultara al versátil Miguelito Valdés al estrellato internacional, consagrado como Mr. Babalú-, la cantora narra la escena: “Que ta empezando lo velorio/ que le hacemo a Babalú/ Dame diecisiete vela/ Pa ponerla en cruz/ Dame un cabo de tabaco mayenye/ Y un jarrito de aguardiente/ Dame un poco de dinero mayenye/ Pa’ que me de la suerte”. Y entonces surge la petición, en este juego de invocación religiosa utilitaria: “Yo quiere pedí/ que mi negra me quiera/ que tenga dinero/ y que no se muera/ Ay! yo le quiero pedí a Babalú/ una negra muy santa como tú/ que no tenga otro negro/ pa’ que no se fuera”.
Otras piezas que abordan la temática del negro caribeño, su cosmovisión poblada de dioses tutelares y tambores mandatorios, aparecen en su discografía. Del borinqueño Rafael Hernández –tan grato al oído antillano-, la artista dio vibra a un soberbio Cumbanchero y puso su maestría cantora a Murió la Reina, un lamento afro –“!Oh!, que tristes van cantando los negritos de la comparsa Carabalí”- que retrata la muerte de la “reina Lucumí”, con percusión candente de tumba, timbal y bongó. Asimismo, Drume Lacho de Facundo Rivero.
En el repertorio de la Lanty también figuran cumbias bien logradas como Navidad Negra y La Pollera Colorá, chachachás, mambos. Arreglos orquestales jazzeados. Viejos merengues y salves. Y por supuesto, baladas y boleros, siendo ella una de las primeras intérpretes del ya clásico Voy a apagar la luz de Armando Manzanero, obvio que “para pensar en ti”.
Hace suyo un bolero mágico, filinesco y arrobante. Uno de esos que se pegan como bálsamo en el alma desganada: Refúgiate en mí. Salido del laboratorio sentimental del pianista cubano Frank Domínguez. Aquél de “Tú me acostumbraste/ a todas esas cosas/ y tú me enseñaste/ que son maravillosas/ Sutil llegaste a mí/ como la tentación/ llenando de inquietud mi corazón/ Yo no concebía/ cómo se quería/ en tu mundo raro/ y por ti aprendí/ Por eso /me pregunto/ al ver que me olvidaste/ Porqué no me enseñaste/ cómo se vive sin ti”. Un tema que la Guillot inmortalizara en timbre femenino y el gran Lucho Gatica le diera toque de misterio con su estilo único que llenó toda una época.
Con el sonido maestro de la orquesta del mexicano Mario Ruíz Armengol, la Lanty lanza su oferta: “Cuando te abrume el hastío/ cuando estés sentimental/ refúgiate en mi/ en mi/ Cuando te incite un desvío/ o te atormente algún mal/ refúgiate en mi/ en mí”. Pieza que tiene un cierre que acuna: “Cuando te bese la luna/ y yo no esté junto a ti/ Ven que mis brazos te esperan/ Refúgiate en mí”. Su autor -el mismo de Imágenes, que suena en cada piano bar que se respete y Me recordarás, consagrado por Fernando Álvarez- hizo un LP cantando sus canciones, acompañándose al piano, que vale un potosí. En YouTube -ese tubo mágico al que podemos acceder libremente en la red- se encuentra un contrapunto de voces entre Elena Burke y Frank Domínguez que bien merece el esfuerzo.

De Ruíz Armengol, un bolero swing que nos acurruca, Sólo quiero pensar en ti. Del bardo santiaguero Zouain, su Egoísmo. Un Enamorado, enamorado de Julio Gutiérrez y Amor Profundo de don Julio A. Hernández. Y claro, el flaco Lara con Granada y Bonfá con Samba de Orfeo. Un repertorio para recordar con alegría celebrante el mérito de esa gaviota caribeña que posó sus alas en Río de Janeiro. (Diario Libre)

2 comentarios:

  1. Segun dicen, ella era hija de Trujillo.

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  2. El pipo pero la primera foto lo que ella tiene en mano izquierda parese un vibrador que tiene Edmundo dante que le regaló el pajaro nuevo papo.

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NIURKA BAEZ,
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