Odiadores atrevidos

La gente piensa que los denominados “haters” u “odiadores” son personajes que solo medran en las redes sociales drenando su odio y hostilidad  hacia todo.

No señor, también se encuentran en los medios convencionales y tradicionales  como los periódicos, en la radio y la televisión.

Gente aburrida de la vida que lo aborrece todo.

Y en el caso de del arte se puede verificar en los enquistados en la crónica de arte, en los enganchados a la crítica de cine, y en otras figuras  que prefieren mirarse en un  espejo roto, para tratar de ocultar su ignorancia supina.

Son los que hablan de actuación  en el teatro, sin conocer los elementos que determinan la acción dramática durante la  Mise-en-scène, o el “leit -motiv” que subyace, debajo de las apariencias, por lo que sus pareceres se reducen a un “me gusto o no me gustó”, tan simple como eso.

Aunque hay los muy usados que se aventuran a discernir sobre  una  praxis reservada a gente en capacidad de poder externar juicios de valor sobre una obra.

Se asombra usted de ver a ciertos  comentaristas de arte siendo  parte de jurados que determinan las mejores actuaciones en cine y obras teatrales, y otros cuyo atrevimiento llega al punto límite de evaluar hasta conciertos sinfónicos, carenciados como están de formación  musical o cuando menos de la  capacidad de apreciación para evaluar el trabajo de músicos profesionales sobre centenarias obras de arte de los clásicos.

La ignorancia es atrevida, repetía Yaqui Núñez. Y sigue siendo atrevida. Hoy más que nunca.