FUERA DE AQUI!...PARTIDA DE LAMBONES!!

En los años setenta empezó el auge del estilo de animación musical denominado ''disc-jockeys'', caracterizado por la agilidad, los modismos y las expresiones urbanas, consideradas por los locutores tradicionales como irrespetuosas e irreverentes.
Pero, era el estilo de radio que demandaba el oyente de ese tiempo.
Junto con la modalidad de los ''disc-jockeys'' surgió también un mal: la payola.
En esa época se encontraba en pleno apogeo Rafael Solano con su orquesta, inundando la radio con sus merengues, carabiné y mangulina.
Venía del exito de Por Amor, y el impulso y los créditos que le dió esa canción lo llevaron a erigirse en una figura importante de la música y la televisión, con su programa Letra y Música.
Tan fuerte era Solano, que logró rescatar géneros olvidados como el carabiné y la mangulina, como es el caso de "Manolao", que interpretaba Vinicio Franco. Luego logró el éxito Dominicanita, en el denominado ritmo bolemengue.
En esa época ya se hablaba de El Grupo Solano, con los cantantes solistas que actuaban bajo su influencia y directrices, como es el caso de Luchy Vicioso, Niní Cáffaro, Francis Santana, entre otros.
Se decía que quien no estuviera en el Grupo Solano tenía dificultades para conseguir buenos contratos y los auspicios de Bermudez, Tabacalera y otras empresas patrocinadoras.
Pero un Solano con tanta fuerza, se hizo blanco favorito de la incipiente payola.
En la radio los locutores dejaron de sonar sus discos, porque el músico tenía fama de duro, de tacaño.
Y en verdad el maestro no socializaba con nadie ni le brindaba las atenciones que siempre tenía Johnny Ventura con la gente de la radio.
Se estableció una especie de pulso entre Solano y locutores.
Solano, que tenía una orquesta importante en la época estaba escindido de la radio, un medio imporante para mantner vigencia.
Alguien le aconsejó que suavizara su actitud, que llevaba las de perder en la confrontación con la gente de la radio.
Que para limar asperezas debía organizar una cena en su casa e invitar a todos los locutores musicales.
El maestro Solano acogió la sugerencia, dispuesto a arreglarse con los locutores para que estos volvieran a tocar sus discos en la radio.
El día del encuentro la casa se llenó de locutores musicales que disfrutaron de una exquisita cena, y se bebieron una caja de ron con refresco de cola, en medio de un ambiente frugal, alegre, de camaradería y mucha chercha.
Estaban felices, disfrutando del estupendo ambiente que había creado el maestro Solano en su hogar.
De repente, Solano interrumpió la chercha y parado en medio de la sala pronunció estas palabras lapidarias.
-!Señores, ya comieron y bebieron?...Están satisfechos?. Pues se me van todos!...se van todos de mi casa! Partida de lambones, que para eso es que ustedes sirven!.
La salida inesperada dejó a todos los presentes perplejos, sorprendidos, anonadados, pero rapidamente comenzaron a salir de la casa avergonzados, otros con rostro de rabia, mientras Solano los miraba marcharse con una sonrisita burlona.
De más está decir que Solano quedó totalmente desterrado de la radio, y los locutores que estuvieron en esa famosa cena, todavía recuerdan con rencor lo que consideraron una afrenta y una gran ofensa.
Otros, los más sinverguenzas, cuentan la ocurrencia a manera de chiste.

FOTO:
Rafael Solano