Joseph Cáceres

Una clinica de Santiago manipula para enviar pacientes a intensivos sin necesidad 

Por Félix Portes

Gran decepción me llevé hace par de días. Mi hija de 15 años tiene el peor grado de autismo y sufre de epilepsia refractaria o epilepsia resistente al tratamiento, aquella que no responde al uso de dos medicaciones anti epilépticas.

Por sus severos y violentos ataques de epilepsia tuve que mandarla de emergencia a EE.UU. con una visa especial médica, tipo humanitaria. 

Estando allá, después de numerosos estudios y uso de diferentes medicinas, le han recetado medicamentos siendo uno de estos un producto basado en cannabinoides (marihuana) compuesto en un 99% por cannabidiol (CBD oil). Mi hija ha respondido maravillosamente al CBD oil pues tenía más de 3 meses sin un solo ataque o convulsión.

Recientemente mi hija y su madre tuvieron que regresar a RD porque sus papeles para residencia en EEUU salieron y el procedimiento exige que regresen a RD a realizar los trámites de exámenes médicos y acudir a cita en consulado. 

Ante este viaje ineseperado, cada doctor de mi hija redactó la carta correspondiente, es decir , el Dr. Gaitanis quien es Jefe neurología Pediátrica de Tufs Medical Center y maneja la parte del CBD oil hizo una al efecto, otra la Dra. Cheng  pediatra y médico primario mi niña y la propia del Dr. Peters quien es especialista de epilepsia en el Boston Children's Hospital.

 Estos remitieron los últimos análisis hechos a mi hija indicando su condición médica, protocolo a seguir en caso de emergencia y dando suficientes medicamentos con sus correspondientes posologías para su estadía en RD por la complejidad de los mismos y otros factores.

Resulta que estando yo trabajando en la capital me llama alarmada la madre de mi niña diciendo que ella estaba convulsionando y le dije que la llevara a un centro privado de Santiago. Cuando llegaron al centro, en emergencia solo les preocupaba la forma de pago y si tenía o no seguro.  La madre de mi niña desesperada y en llanto les informó que era paciente SIN seguro e inmediatamente pidieron un depósito de 25,000 pesos. 

La situación fue que querían internar a mi hija en UCI (unidad de cuidados intensivos), ponerle un Levin en la nariz y medicarla sin ni siquiera preguntar la historia clínica de mi hija ni saber de sus alergias. Es decir, la preguntas más insistentes eran las del pago y garantía de pago que su historial, medicamentos que usa y sus alergias.

También intentaron bajarle las dosis de los medicamentos que normalmente toma mi hija, al parecer para asegurar una más extensa estadía en el centro, cosa que si hubiera ocurrido, la niña hubiese empeorado.

Una persona en el centro trató de asustar e intimidar a la madre de mi hija diciéndole que estaba preocupada por los vasos capilares que se le veían en la mejilla de mi hija y de la taquicardia e insistía que había que seguir el protocolo de la clínica que era ingresarla a UCI. (Me explica la madre que estas situaciones son propias de las convulsiones y que solo son de preocupación si se extienden en el tiempo después de habérsele aplicado los medicamentos de emergencia que ella ya le había aplicado). 

La madre de mi hija le entregó la carta y medicamentos y  comenzaron a googlearlo en plena sala de emergencias!

Ante la insistencia de ingresarla a cuidados intensivos, disminuir dosis, ponerle un Levin y darle “otros” medicamentos sin ni siquiera preguntar las alergias, la madre de mi niña se opuso y le dio al personal las cartas y protocolos de los doctores en EEUU situación esta que provocó que la pusieran a firmar una hoja improvisada manuscrita, un tipo de exención de responsabilidad para la clínica y personal con el fin al parecer de asustarla aún más en aras de que accediera al internamiento de mi hija en UCI.

Finalmente, poco sabía el personal médico que la madre de mi hija es ingeniera telemática con maestría y que ha renunciado a su profesión, a ser docente en la PUCMM y a SU VIDA para religiosamente cuidar a mi hija. Se ha hecho doctora empírica por su experiencia; de tener cientos de reuniones con diversos doctores, cuidar mi hija y realizar investigaciones sobre cada uno de los tratamientos, protocolos y medicamentos que le han recetado a mi niña, protocolos usados por cada crisis que mi hija ha hecho en 15 años y conocer hasta la velocidad, frecuencia y cantidad de palpitos del corazón de mi hija cuando está durmiendo. 

 Es decir la madre de mi hija conoce mejor que los laboratorios y que muchos médicos los componentes químicos de los medicamentos que usa mi niña, los diferentes medicamentos, sus efectos, posologías y contraindicaciones.

La madre de mi niña utilizó los protocolos y medicamentos que trajo de EEUU (los cuales fueron googleados por el personal médico ya que los desconocían) y otro que dio la clínica que también usa mi hija y NO FUE NECESARIO ingresarla a cuidados intensivos, ni ponerle un Levin, ni usar medicamentos fuera de los que mi hija utiliza frecuentemente. 

El protocolo llamaba a estabilizarla sin embargo querían “de jura a Dios” ingresarla a UCI, que haber sucedido esto, creo que todavía mi niña estuviera interna solo por el afán de abultar una factura médica. 

Gracias a Dios ya está en casa y duró menos de 24 horas en ese negocio que llaman “clínica”.

En conclusión, muchas clínicas y muchos doctores están acostumbrados a asustar y abusar de la costumbrada ignorancia que le atribuyen a TODOS los pacientes y quieren explotar esa ignorancia usando protocolos como el de ingresar a UCI de manera inmediata a pacientes (sin hacer la debida diligencia conocer historial médico, alergias, etc.) sin ser esto necesario y dar medicamentos caros solo para encarecer la cuenta y beneficiar al centro sin ponderar si este ingreso al UCI o medicamentos beneficiarían finalmente al paciente.

 Es una que pena muchas clínicas y muchos doctores vean a un paciente como cliente y no como pacientes y que crean que todos los pacientes son ignorantes.

 Lamentablemente en RD la medicina y la salud tienen un gran parecido a la corrupción pública por la ambición desmedida, convirtiéndose estas en un VIL comercio, dejando a un lado el aspecto  humano, sensibilidad y solidaridad. Hay que largarse de este paisito!