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Ella es María Alonzo, la integrante más bonita de Manuel Logroño y Las Panteras en los 70’s. También fue modelo de campañas publicitarias, como esa de la Secretaría de Turismo proyectando al país con toda su hermosura. La recuerdo con mucho cariño, porque con ella iniciamos los Correcaminos, viajando a su pueblo, Cabrera, compartiendo con su familia y viviendo con intensidad los encantos de una mujer pueblerina en la capital. Desde años reside en España.
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Por Johnny Arrendel
La legendaria orquesta Los Hermanos Rosario, dueña del swing más contagioso del merengue dominicano, vive un momento de tensión interna en plena temporada alta de diciembre, con una agenda repleta de presentaciones.
Trascendió que el malestar surge con la incorporación del destacado trompetista venezolano Yturvides Vílchez, radicado en Miami, quien llega con condiciones económicas que superan notablemente las del resto de los músicos de planta, muchos de ellos con años de lealtad en la agrupación.
Vílchez, un virtuoso de la trompeta que ha producido y arreglado recientes éxitos como las versiones salseras de "La Cleptómana" con José Alberto "El Canario" y temas del álbum "Infinito Positivo", percibe 350 dólares por actividad, cifra que triplica el promedio de los instrumentistas dominicanos, quienes reciben entre 8,000 y 10,000 pesos por tocada.
En giras internacionales, la diferencia es mayor: Vílchez recibe una dieta diaria superior a 100 dólares, mientras el resto percibe solo 25 dólares.
Además, cuenta con flexibilidad para ausentarse en algunas presentaciones y aceptar otros contratos, ya que la banda tiene otros tres trompetistas fijos y con él suman cuatro.
Estos beneficios, impulsados por el manager René Solís y aprobados por el líder Rafa Rosario sin consulta al grupo, contrastan con la realidad de los músicos locales, que han esperado hasta cinco años para aumentos modestos de 1,000 a 1,500 pesos por actividad.
Los Rosario se caracterizan por mantener salarios limitados en su nómina, justificándolo en el alto volumen de actividades que realizan.
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El cantautor emociona a sus fanáticos al anunciar un show en la Ciudad Corazón para 2026
El cantautor dominicano Juan Luis Guerra desató una ola de entusiasmo entre sus seguidores tras publicar un video en su cuenta de Instagram en el que confirma que Santiago será una de las paradas de su gira en 2026.
En el audiovisual, que utiliza como banda sonora el tema “Santiago en coche”, se aprecian imágenes de la llamada Ciudad Corazón junto a mensajes de fanáticos santiagueros que pedían insistentemente que el artista eligiera la ciudad para uno de sus conciertos. Finalmente, su deseo se hizo realidad.
Como era de esperarse, el anuncio, realizado este viernes, provocó una avalancha de reacciones de alegría en las redes sociales. “Se nos dio” y “Nos vamos pa’ Santiago entonces”, fueron algunos de los comentarios celebrando la noticia.
Este nuevo concierto ha generado expectativas aún mayores. Los seguidores en la ciudad habían manifestado reiteradamente su deseo de disfrutar un espectáculo con el sello de calidad que caracteriza al multipremiado artista dominicano.
Las veces en que he visitado Brasil, voy a los barrios populares a tomar cerveza, a comer picadera de papas fritas a la francesa, y bailo con sus mujeres, (pero no como el viejito del video. Yo le aplico la bachata, porque se parecen), como si se tratara de un colmadón de aquí.
Y me va bien….
Sobre todo en Rio de Janeiro, donde me “rio de Janeiro”, y no Matos.
El reporte de Pilar
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Solo las obras de arte verdaderamente grandes trascienden su época. La afirmación, pronunciada por el director de orquesta Nikolaus Harnoncourt (Berlín, 1929 – Austria, 2016) en mayo de 2002 durante una entrevista con Peter Hagmann, adquiere un peso particular para cualquier artista comprometido con la calidad: resume el anhelo de forjar un legado capaz de superar el propio tiempo y servir de referencia para las generaciones venideras.
Primero el merengue, luego la bachata y, después, cualquier otro género latente en su repertorio tienen en Héctor Acosta un intérprete inigualable. Pocos como él en la música popular dominicana, y vale la pena repetirlo. Cuando su carrera entró en peligro por un cáncer –¡en la garganta!– que lo alejó de los escenarios durante la segunda mitad del 2024, cayó en un abismo emocional tan profundo como inevitable.
Un estruendoso silencio artístico ocupó entonces su cotidianidad. Con su voz apagándose, el mundo pareció venírsele encima. Literalmente. Todo ello exigió un tratamiento médico riguroso que surtió efecto, para fortuna de su salud y de quienes han seguido, desde lejos o desde cerca, una trayectoria admirable, reconocida en el 2013 con el Gran Soberano, máxima distinción que otorga la Asociación de Cronistas de Arte.
Habíamos leído y escuchado –aunque aún no en actuaciones en directo– sobre su milagroso regreso a la música. Ni el merengue ni la bachata pueden prescindir de quien es, sin temor a exagerar, uno de sus intérpretes de mayor trascendencia, popularidad y calidad vocal. Fiel a la generosidad que lo caracteriza, quiso agradecer a su público con varios conciertos populares y gratuitos que terminaron por confirmar su recuperación total y triunfal. «¡Gracias totales!», repetía al concluir cada presentación.
Desde marzo pasado, El Torito volvió a empuñar el micrófono y no ha dejado de cantar esos éxitos que han sostenido una carrera portentosa. A inicios del último trimestre del año confirmó su participación en la tradicional fiesta navideña de Acroarte: «Ahí estaré para cantarlas todas, hasta que el público quiera», prometió en una emotiva conversación telefónica con los organizadores.
Así fue como, el pasado sábado, en Lungomare, ese acogedor centro de diversión convertido en punto de encuentro para pasarla bien, el artista llegó puntual, vestido de traje azul celeste, como todo aguilucho que se respeta, en un guiño al color del Glorioso –con mayúsculas– los Tigres del Licey. Tras saludar a cada uno de los presentes, emocionado y contagiado de alegría, subió al escenario, marcó el primer tema y comenzó a cantar como en sus mejores tiempos.
Merengues que sostienen su repertorio más sólido, bachatas que se intercalaban y un ambiente festivo delinearon la velada. Perdóname la vida, El anillo, Quizás sí, quizás no… Quizás tengamos que volver a reunirnos pronto con su orquesta y su música para rememorar lo vivido. Entre un tema y otro, llegó un momento especial: el reconocimiento a Nelson Torres, su mánager, que viajó desde Nueva York para la ocasión.
Al volver a escucharlo en directo el sábado pasado, comprobé que Héctor Acosta está en plena forma. Si en algún momento tocó fondo, hoy vuelve a situarse en la cresta de la ola. Gracias a su talento, férreo, inconfundible, ha forjado una carrera que lo coloca en el selecto grupo de artistas de la música popular dominicana cuya cumbre pocos podrán igualar, y menos aún superar.
Marc Anthony nació en Nueva York el 16 de septiembre de 1968 como hijo de padres puertorriqueños y desde hace décadas, levanta la bandera monoestrellada en sus presentaciones alrededor del mundo.
Sin embargo, sus sentimientos hacia su identidad puertorriqueña han tenido altas y bajas.
En un adelanto de un video difundido por Vix Música All Access, Marc Anthony abrió una ventana poco común a su vida personal y a la relación que mantiene con su identidad boricua. La conversación, sostenida frente a cámaras junto a su esposa Nadia Ferreira, dejó al descubierto un conflicto que ha marcado buena parte de su trayectoria.
Durante el intercambio, el cantante explicó que su sentido de pertenencia hacia Puerto Rico ha sido una fuerza central en su carrera. Recordó sus primeras giras fuera de Estados Unidos y el peso emocional que sintió al representar a la isla frente a públicos internacionales. Según expresó, llevar el país consigo fue motor y responsabilidad: "Yo no dormía pensando en la responsabilidad de representar a Puerto Rico", expresó.
El artista también mencionó que la cultura puertorriqueña ha sido imprescindible en su vida artística y personal: "Siempre he sido un embajador de mi cultura", dijo al destacar que jamás renunciaría a esa identidad.
Sin embargo, la parte más vulnerable del relato llegó cuando confesó que no siempre ha recibido el reconocimiento que esperaba por parte de algunos sectores del público boricua.
"Hay muchos puertorriqueños que no me consideran puertorriqueño, y eso duele", confesó a su esposa.
El cantante señaló que esas percepciones han sido heridas con las que ha tenido que aprender a vivir, pero insistió en que nadie puede cuestionar lo que él siente: "No hay nadie en el mundo que me pueda decir y que me quite mi identidad de puertorriqueño".
Su confesión resonó de inmediato con fanáticos y reabrió el debate sobre qué significa realmente ser puertorriqueño dentro y fuera de la isla. Para él, la respuesta parece clara: la identidad no depende del lugar de nacimiento, sino del arraigo y del amor a una cultura que —como dijo en la entrevista— lleva “por dentro”.
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Durante su concierto en el Estadio Centenario de Montevideo, Uruguay, Shakira protagonizó un momento inesperado que rápidamente se volvió tema de conversación entre los asistentes y en redes sociales.
Mientras interpretaba "BZRP Music Sessions, Vol. 53", uno de los temas más esperados de la noche, una fan ubicada en primera fila logró acercarse lo suficiente para jalarle el cabello a la artista.
El incidente ocurrió mientras Shakira caminaba por la pasarela del escenario, interactuando con el público y siguiendo la coreografía. En medio del entusiasmo general, la intérprete sintió el tirón y de inmediato dio un paso hacia atrás, llevándose instintivamente la mano a la melena para comprobar qué había pasado.
Su reacción quedó registrada en las pantallas del concierto y en múltiples celulares que captaron el suceso.
A pesar de la sorpresa, Shakira mantuvo la compostura y, lejos de detener el espectáculo, lanzó una mirada de asombro acompañada de una sonrisa, gesto que fue recibido con aplausos por parte del público. La artista retomó la interpretación sin perder el ritmo ni la conexión con la audiencia, demostrando profesionalismo y dominio del escenario.
El concierto continuó con normalidad, aunque el momento se viralizó rápidamente entre los asistentes, quienes destacaron tanto la intensidad del público como la actitud calmada de la cantante.
Para muchos, la escena se convirtió en una anécdota más dentro de una noche marcada por la energía, la emoción y la fuerza del show de la artista colombiana.
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