Joseph Cáceres

Cecilia García, la “Verdadera Diva”,  no es tomada en cuenta para el cine nacional

Por Johnny Arrendel

En un país donde cada año se estrenan varias películas de factura nacional, uno se cuestiona  que no se recurra a los grandes talentos locales, por ejemplo, Cecilia García.

Mientras Cecilia, Carlota Carretero, Carolina Rivas, y otras figuras probadas no encuentran oportunidades en el cine nativo, seres inexpresivos, como Sergio Carlos y Nashla Bogart, acumulan varios protagónicos.

También se improvisa con gente de chispa o talento para determinadas vertientes, pero sin formación o rigor para trabajar en el cine, como Raymond Pozo, Miguel Céspedes y Jochy Santos.

Se asume que Cecilia es una exponente extremadamente exigente con los proyectos que se le plantean, y  que en modo alguno participaría en producciones cinematográficas de esas disparatadas.

Pero lo que nadie puede justificar es la tendencia a improvisar actores de cine sobre la base de  gente de la televisión.

Por lo regular se pretexta que las figuras de la tele constituyen un imán para la taquilla, pero en realidad es lo contrario.

Cuando el público ve que figuras sin condiciones  ocupan los principales roles, inmediatamente le resta seriedad al proyecto en cuestión.

Además, por lo regular se trata de personalidades ya quemadas, y nadie siente el deseo de pagar para ver a alguien que sale todo el tiempo en la tele.

Insisto, es raro, pero al parecer ningún productor o director se ha planteado emprender un proyecto con la “Verdadera Diva”, Cecilia García.

Antes de que el cine criollo se convirtiera en boom, el profesor Juan Bosch aseguraba que Cecilia era la única dominicana de condiciones sobradas para triunfar en Hollywood o en los musicales de Broadway.

En cualquiera de sus facetas, García es exquisita: cantante, comediante, actriz dramática, puede danzar, es conductora de programas y espectáculos. Las más completa de nuestras artistas.

Estoy seguro que para conquistar a Cecilia García solo hay que llevarle un proyecto  interesante, y si se consigue llevarlo a cabo las posibilidades de éxito serian muy altas.