De que los hay, los hay...

El arte de “coger cámara” en El Soberano

¿Saben qué detalle alarga la premiación de El Soberano, y nadie lo dice ni se trata de alguna manera de que se corrija?.

Cada vez  que se anuncia el ganador de una categoría comienza la gente a felicitarlo y abrazarlo, lo que extiende el trayecto desde la butaca donde está sentado, hasta que sube al escenario a recoger su estatuilla.

Si bien es cierto que se ve como un gesto bonito, que los demás nominados feliciten al ganador, el problema está en que hay gente que nada tiene que ver con el artista, que no es familiar, allegado o compañero, que se para para felicitarlo, sencillamente para coger cámara, a sabiendas de que en ese momento el enfoque es para el ganador.

Lo hacen no porque en realidad se alegran de que ese artista haya ganado, sino que se trata de un recurso para figurear.

Y si en verdad se le quiere felicitar, ¡ese no es el momento…cogollo!

Algunos son tan hipócritas que se levantan a felicitar al ganador, y luego por detrás lo critican, diciendo que no era merecedor del premio, o que debieron dárselo a fulanito o a zutanejo.

¡Farsantes!.

Mientras tanto, le restan fluidez al evento, porque si se suma todos esos momentos de alcahuetes levantándose a felicitar a todo el que gana, se va un tiempo precioso, que altera el “timing” del evento.

Nada se hace con sentar a los nominados en las primeras butacas del teatro, cuando los necios figureros están al acecho para coger cámara a como dé lugar.