La Negra Tiene Tumbao...

A raíz de que Acroarte dejara sin nominar el denominado merengue de calle los defensores del sub-género han articulado una defensa que de manera recurrente les lleva a la adopción de una expresión que se ha hecho común.
“El merengue de calle es una realidad”, dicen, añadiendo a seguidas que es algo que “está presente” y que “no se puede ignorar”.
Ya lo tienen como un cliché que de tanto decirlo termina uno por aprendérselo.
Eso nos lleva a pensar que hay otras realidades, quizas no tan expuestas, que de igual manera inciden en el mundo de la diversión y del espectáculo.
Muchas de las fiestas bailables que se organizan en el interior del país conllevan la participación de grupos musicales haitianos, que junto a los dominicanos, permiten conformar un cartel que lo mismo atrae a criollos que a los inmigrantes del vecino país.
Son muchos los dominicanos que concurren a esas fiestas internacionales "con olor a grajo", sin problema alguno hacia los haitianos, lo cual representa una forma de paulatina aceptación.
Los organizadores de esos bailes han encontrado la manera de aumentar sus ingresos, al tomar en cuenta al público haitiano que anteriormente era ignorado.
Sucede lo mismo que con la comercialización de los pollos con Haití, que de repente se ha entrado en cuenta de que el mismo representa un gran negocio.
Lo cierto es que la integración de los haitianos en el mundo del entretenimiento y el espectáculo, es algo que se está dando en el interior del país, aunque de ello nadie hable en columnas de farándula, ni en los programas de arte de la radio y la televisión del país.
Eso se tiene como un mundo aparte, envuelto en una nebulosa a través de la cual se prefiere no mirar.
Y no es más que la punta del iceber de una realidad que se pretende ignorar y que no deja de ser parte de los planteamientos de integración racial por la que algunos organismos internacionales abogan.
Se dice que forma parte de un plan externo que nos quieren imponer los Estados Unidos, Canadá y Francia, cuando en verdad hace tiempo que el mismo está en ejecución de manera natural y espontánea.
O si no lo creen pregunten por la chica más reclamada por los clientes de Pasion, en Santiago, para ver de donde procede y averiguen qué la ha hecho tan popular que le permite llevarse por delante a las dominicanas en preferencia.
Y al igual que ella, muchas otras dichosas dotadas por la naturaleza de las contracciones vaginales conocidas como concomordán, un valor agregado muy apreciado por los varones que al momento de un desvaneo no tienen que ver que la tipa sea haitiana.
Se trata pues del espejo oculto en el que nadie quiere mirarse.
Por eso y otras cosas me viene a la mente el tema de mi amigo Rubby Pérez que en sus letras dice “hipocresia, de tu sonrisa....”