Amigo Joseph:
Hay una gloria de la Locución que merece llegue a él la mano amiga del Estado
Todo dominicano o extranjero radicado aquí que acumula cierta edad conoce a Fernando Valerio, un profesional de la comunicación fuera de serie, en particular de la locución. Es más, muchos jóvenes que hacen pininos en el medio, le conocen también porque ha sido su profesor, sobre todo en el área de lectura de noticias.
Junto a una pléyade que integran Pedro Pérez Vargas, Bueno Torres, Reinaldo Balcácer, Johnny Díaz, Darío Aracena, Luis Armando Asunción, y otros tantos, muchos de los cuales han fallecido. Valerio se constituyó en una leyenda, que identifica la mejor época de los noticieros radiales (Noti-tiempo, Radio Mil Informando, Radio Reloj Nacional, Noticiario Popular), que nacieron con la alborada democrática post tiranía de Rafael Leónidas Trujillo.
Valerio tiene tanta maestría en las noticias, que podemos decir que su ritmo e inflexiones superan la del simple lector, más bien es un narrador que nos cuenta una historia con suprema gracia. Puede que se trate del mejor al recrear situaciones, imitando voces y pronunciando los nombres exóticos que caracterizaron el informativo Mil, y la afirmación es osada por la calidad de sus compañeros de entonces.
Pero ahora "La Culebra" pasa momentos de angustia. Enfermedades degenerativas han hecho estragos en su anatomía, y aunque mantiene total lucidez y facultades mentales, la retinopatía diabética y una dermatitis alérgica, acompañadas de cardiopatías e hipertensión arterial severas, afectan su capacidad de leer noticias, animar programas e impartir docencia, y de eso es que vive, ya que Valerio, aunque se cotizó y ganó buen dinero, no acumuló recursos, sólo cuenta con lo elemental, que no le da para cubrir sus costosos tratamientos, tan simple como eso.
En la actualidad, Fernando pertenece al staff de Radio Mil pero por sus condiciones está en licencia semipermanente. Con la resistencia de algunos, fue incorporado por el director de prensa de la estación William Rosa, quien le convenció de que debía estar en el medio para por lo menos dejarse ver.
Por su calidad humana, por ser un profesional de alta calidad, apegado a principios y a una ética ya no tan comunes, por ser un formador de generaciones de comunicadores, Fernando Valerio merece la mano amiga de todos, pero sobre todo del Estado. Recuerdo que residía en un pequeño apartamento situado detrás del Supermercado Nacional de Arroyo Hondo, y tal vez su número telefónico aún sea el 809 644-5504.
Johnny Arrendel
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