Cuando el cronista de arte Miguel Hernández de Bonao compró su carrito de segunda mano, de inmediato quiso ''sudar la fiebre'' dándose un viajecito a la capital.
Al arribar a la ciudad se dedicó a visitar a sus colegas miembros de Acroarte, para que vieran que ya el tenía carro.
No se daba por nadie con el "swing" que andaba..ni que fuera en un Mercedes o en Ferrari..
El caso es que después de hacer un "bureo"por diferentes lugares emprendió ya anocheciendo el viaje de regreso a Bonao.
Iba feliz, porque no era verdad que los cronistas de la capital le iban a seguir echando vainas como cuando andaba a pié.
Pero llegando a Piedra Blanca el vehículo se le apagó de manera repentina.
Imaginense, de noche, y en plena carretera.
Como no conocía ni la "m" de mecánica no sabía qué hacer.
Miró el tablero y vió que no era un problema de gasolina,
Fue cuando se le ocurrió hacer uso de su teléfono celular para llamar a Bonao a su amigo Santiago Pito Acevedo, un gran experto en "carros quedados".
-Pito, soy yo Miguel...el carro se me apagó en plena carretera regresando a Bonao, y estoy asustando no vaya a ser cosa que me atraquen.
- Pero chequeaste por qué se apagó?
- No sé...se apagó de repente- dice Miguel.
- Y como está de gasolina?
-Adió?, full..tiene el tanque full.
- Tu estás seguro?
- Si, ta' lleno...la agujita está pegada arriba donde dice "Temp."
-Queee?. Sal juyendo Miguel, que esa es la temperatura... !ese carro se está quemando!
FOTOS:
1.- Miguel Hernández
2.- Pito Acevedo
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NIURKA BAEZ,
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