Siempre en los viajes y en las actividades grupales ocurren cosas simpáticas que contar.
En el viaje que hice este fin de semana a Nueva York ocurrió una cuando David Mella nos fue a recoger al aeropuerto J. F. Kennedy
Rumbo al hotel había una animada conversación en el grupo de amigos, que de repente devino en el tema de los problemas mecánicos que se confrontan a veces con los vehículos de motor.
David contó la coincidencia de un hecho raro en la ocasión en que en un solo día a dos automoviles que conducía le ocurrió el mismo percance.
-Salí en un vehículo y de repente se le rompió la correa de distribución. Me monto en otro carro, y oh!, también se le rompió la correa de distribución....Lo que hice fue quedarme en mi casa y no inventar cogiendo otro automóvil no fuera cosa que le ocurriera lo mismo.
Todos escuchaban sorprendidos la insólita ocurrencia.
Y David continuó hablando creyendo que se la estaba "comiendo"
-Hay días en que uno no está de suerte....Ustedes no creen que es mucha coincidencia que a dos carros se le rompa la correa de distribución el mismo día?
José Sánchez, quien nos había ido a buscar al aeropuerto, no se contuvo y le soltó a David una de las suyas:
-Coincidencia?... bárbaro!. y tú crees que es fácil que un carrito pueda mover ese tonelaje. No digo yo romper la correa de distribución con ese esfuerzo...cualquiera suelta hasta el cigueñal!
Risa colectiva...
A David no le gusto mucho el chistecito, pero al fin de cuentas hasta el tuvo que reirse, porque por estar haciendo ese relato le pasó como a Chacumbele que el mismito "se mató''.
FOTO:
David y Goliat...digo, José Sánchez.
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