Con frecuencia me encuentro con gente que me dice: ''Ojalá yo tener un trabajo como el tuyo...en la diversión todo el tiempo."
Otros dicen : "Ustedes los que están en la farándula no trabajan...se las pasan en fiestas, espectáculos, con megadivas".
Es decir, que para mucha gente escribir o hablar del mundo del entrenimiento no es trabajo.
Pero si es un trabajo el estar en una oficina haciendo cálculos.
Trabajo es el de la enfermera que ayuda a colocar el "pato'' a un anciano convaleciente en un hospital geriátrico.
El de los mecánicos, donde nunca falta uno que te "tumba'' diciendo que te le ha cambiado una pieza mala al carro siendo mentira.
Trabaja el abogado que antes de tomar el caso tuyo tienes que cantearte con un "feed'' o inicial bastante generoso y en los procesos de divorcio se queda con un porcentaje significativo de lo que a usted le toca luego de la repartición.
Y pudiera seguir mencionando lo que para muchos es "verdadero trabajo''....
Pero no hay que ir muy lejos, pues en nuestra misma profesión los colegas de otras áreas son los primeros que han estigmatizado a los cronistas de espectáculos y de sociales.
Recuerdo que cuando laboraba de planta en El Nacional , en la época en que Magda Florencio escribía la columna Noche y Día, y era la editora de la sección de sociales, el buen amigo Bonaparte Gautreaux Piñeiro, que era ejecutivo del periódico, siempre bromeaba con el área que cubríamos.
Atento a relajo decía que Magda lo que hacía era escribir de panties y que yo lo que andaba era en los shows mirándole las nalgas a las bailarinas y que esas vainas nos las publicaban en el periódico.
Y de la redacción, ni se diga...Ahí era que nos "picaban" dando tijeras.
Porque mientras ellos estaban metidos en salud pública, en la fuente de la policía, cubriendo el palacio, nosotros veíamos shows, íbamos a cocteles sociales, a desfiles de moda, concursos de belleza o estábamos viajando para ver espectáculos internacionales.
Para ellos eso no era trabajo, sino diversión...
Sin embargo, en todas las encuesta internas que hacía Rafael Molina Morillo, junto a deportes, era lo que más se leía del periódico.
Claro!, nunca nos lo decían, dizque para que no pidiéramos aumento de sueldo, pero el difunto Luis Augusto Caminero hijo que era el que hacía las encuestas, siempre me lo decía.
De todos ellos me reía con el alboroto que se originaba cuando llegaba una artista famosa o una vedette deslumbrante, que pasaba por la redacción rumbo a nuestra oficina.
Se les metía un ir a preguntar boberías y pendejadas, interrumpiendo solo por ver de cerca y saludar a las artistas que nos visitaban.
Ese solo proceder explicaba la razón de sus críticas. Lo tenía bien claro...
HASTA LA BELLEZA CANSA...
Aunque algunos no lo quieran admitir el nuestro es un trabajo como otro cualquiera.
Con sus momentos de esfuerzos y de sacrificios como el que más.
O acaso no creen que a veces estoy en mi casa disfrutando de la tranquilidad del hogar, recostado en un sillón, leyendo un libro, escuchando una pieza musical de los clásicos o viendo una buena película y entonces tener que dejar todo para ir a un "show" de un artista que ya he visto cuchumil veces?.
O que cuando llega el fin de semana, que la gente común se prepara para salir a divertirse, ya quisiera yo quedarme en casa, luego de una semana en bailes, shows, conciertos, presentaciones teatrales, estrenos de cine, cotecles y ruedas de prensa, sin contar las actividades sociales privadas de la gente del medio, que se enojan si tu no vas a sus parrilladas...?
Y tienes que ir, pues de lo contrario no tienes de qué informar a los lectores, televidentes u oyentes
Si eras un verdadero cronista de arte, si no trabajas "de oidas", porque te dijeron, ni apelas solo al "copy-paste'' reproduciendo lo que otros han dicho, debes estar presente en el lugar del hecho.
Es lo que te va a acreditar y aunque quizas no te guste el artista ni el ''show tienes que estar ahí ''cogiendo tu pela" porque ese es tu trabajo.
Con ello quiero significar que no todo es color de rosa, como la gente piensa.
Que como dice el refrán ''hasta la belleza cansa''...
Es lo que explica que muchos individuos teniendo en su casa una reina de belleza, de repente van y se arrastran con una ''cutrupa'' cualquiera de la calle, más fea que el diablo.
O acaso no creen que en ocasiones a Hugh Hefner no le dan ganas de mandar ''pal' carajo'' a las conejitas de la Mansion Playboy; de botarlas con todo y sus peluches, mascotas y demás pendejadas con las que se pasan el tiempo fuñendo la paciencia en esa casa?.
Lo que sucede es que en mi caso asumo una filosofía que me ha dado resultados y me permite mantenerme feliz en el medio...
Ya que estamos en esto hagamos que el trabajo en el mundo del entretenimiento y la diversión sea divertido.Y el que así no lo asuma, pues que se vaya para otra área, como han hecho algunos que de la farándula han terminado en la política.
Nada es más desagradable que alguien en un buen show con una cara pesada de inconforme y aburrido.
Aunque puede que uno se canse o tenga algun percance, lo importante es sacar de abajo para hacer cada jornada divertida, interesante, sin incurrir en excesos, naturalmente, sin abusar de la profesión ni cometer desmanes.
Porque, ese sería ese otro tema: Saber donde está el límite...
Quien no asimila bien el medio termina con los humos en la cabeza.
O a veces se deja deslumbrar y se lleva del ambiente, para terminar enredado en los vicios y en los juegos pecaminosos que todos saben subyacen en el ''undergrown" de la diversión y el entretenimiento.
FOTOS:
1.- Divertido ambiente en discoteca
2.- El viejebo de Hugh Hefner con sus conejitas
3.- Bueno...un tipo al que se le fue la mano...
Es que definitivamente no hay objecion si es que por algo le llaman "trabajo" ademas de los horarios que me imagino deben ser sumamente extresantes lo que quiere o podria decir que estamos hablando de un trabajo "FULL FULL TIME" dentro de la peculiaridad de que el individuo pone su propio horario pero a la vez lo que dice JC es que si t kedas fuera no podrias comentar al respecto o de hacerlo podrias perder credibilidad y/o tener todos tus argumentos vacios.
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