Por Judith Estephen
La crisis que se siente en el llamado merengue de calle o de mambo, tiene a mas de uno preocupados y otros que estuvieron esperando pacientemente a que la marea del mambo bajara con una medio sonrisa.
Pensar que un género como el merengue de calle estaría por mucho tiempo o para quedarse llamaba mucho a la reflexion.
El merengue ha tenido diferentes velocidades rítmicas en diferentes
épocas.
Si nos ponemos a revisar la historia del merengue nos damos cuenta que en un tiempo Johnny Ventura y Wilfrido Vargas hicieron un merengue acelerado,muy rápido que el que lo bailaba terminaba como que había acabado de salir de un
gimnasio de tanto sudor.
gimnasio de tanto sudor.
Si mal no recuerdo La Calambrina, La Batidora de Wilfrido Vargas eran merengues rápidos.
Para esa época el merengue se podía tocar de cualquier manera y se imponía, porque no tenía competencia con otro ritmo a menos que no fuera la salsa, que era un poco más escuchada que bailada, por aquello de que tu no sabes bailar salsa, pero al merengue nadie tenía miedo de tirarse a la pista aunque no supieran bailar.
Volviendo al merengue, luego bajó un poco la velocidad y llegó Ramón Orlando, Dionis Fernández, Sergio Vargas y la lista sigue por ahi.
El auge de tantos merengueros en los ochenta y noventa recae en que la bachata no penetraba al público en general como lo es hoy.
El merengue cayó en su punto más bajo en los últimos dos años porque el público empezó buscar en la bachata las letras que se estaban perdiendo en el merengue tradicional.El auge del merengue de calle se debió a una oferta a los jovenes de una adición de elementos del reguetton al merengue de calle.
Pero resulta que ahora que están en bajada son los mamberos, y los merengueros que continuaron haciendo su merengue tradicional y no sucumbieron al merengue de calle, van a ver los resultados en el mes de diciembre.
Creo que el merengue tradicional de buenas letras va a recuperar su lugar de nuevo y tenemos una larga lista de merengueros para continuar ese proceso.
Creo sin miedo a equivocarme que, finalmente, Pablo Martínez y su Parada Joven, Diómedes, Raphy Matias y otros buenos merengueros tienen el chance ahora de colocarse en un buen lugar de preferencia en el gusto del público tanto en Dominicana como en el extranjero.
Sin dejar de agregar que el merengue de calle tenía todas las carecterísticas de perder esta guerra con el merengue tradicional.
El merengue de calle tenía las puertas cerradas a la internacionalización porque sus letras nada mas las entiende un dominicano, muy distinto a una bachata de Juan Luis Guerra o un merengue bien entonado de Héctor Acosta que tiene letras y un lenguaje universal que tanto entiende un dominicano, como un peruano como un mexicano.
Ese merengue de calle encontró espacio en las comunidades dominicanas de los Estados Unidos y quizás en España, donde el dominicano que viaja se lleva al lugar donde reside lo que está pegado en Dominicana.
Pero parece que todo está volviendo a su lugar.
Espero que al Carrito Rojo de Carrera de Silvio Mora no se le acabe la gasolina antes de que termine La Travesía de Juan Luis Guerra y que el Torito venda por fin su anillo.
FOTOS:
1.- Wilfrido Vargas
2.- Johnny Ventura
3.- Silvio Mora
Aqui en NY, personas de otras nacionalidades, me dicen que el merengue de calle, no lo entienden y ademas lo sienten demasiado rapido. A ellos les gusta el merengue como el de Peña Suazo.
ResponderEliminarPero, aun asi, esta música tiene muchos defensores. Yo espero que pronto le demos cristiana sepultura esa denigrante música.