Por Judith Stephen
Desde el Bronx, NY.
Dicen que la experiencia es la madre de todas las enseñanzas, y para comprobar
eso solo hay que comparar las presentadoras de hoy con las del pasado reciente.
Pasar por la televisión o por cualquier medio de comunicación sin que su voz o
solo pronunciar su nombre sea reconocido es algo que llama a meditar.
Es muy difícil en estos tiempos tú llevar a una figura de la televisión a la radio y
reconocerlo por su tono de voz. Algo muy parecido pasa con los comberos que si
no se ideintifican, a excepción de los consolidados, nadie los reconoce.
Volviendo a los presentadores (me refiero a ambos sexos), la improvisación, la
falta de glamour, la falta de diccion, la falta de personalidad y la plasticidad se ha
adueñado de estos personajes que lejos de inspirar admiración inspiran
desencanto instantáneo al televidente.
Los presentadores del pasado eran percibidos como verdaderas estrellas, ya que
su vida privada era muy poco ventilada al público y la gente sentía curiosidad y a
la vez respeto por ellos. Estas figuras eran seres superiores a la vista de los que no
eramos parte de ese medio.
Quién era capaz de irrespetar a una Julie Carlo, con ese verbo y esa figura
imponente, sólo por mencionar una.
Acercarse a uno de ellos era algo que te quedaba en la memoria como un sueño
logrado.
Pero los tiempos han cambiado, para entrar a la television o la radio no necesitas
er comunicador o periodista, mucho menos haberte graduado en en voz y
dicción, solo necesitas llegar a un grande que te pegue y si tienes 20 cirugías que
te hagan ver bien mejor todavia.
Para estar en televisión hay que tener talento y demostralo, no hay que ser bonito
pero agradar al televidente, y no hay que ser flaco, ni gordo, simplemente tener
carisma para saber llegar al televidente.
Ahora no existe el glamour, ya te topas con cualquiera de esas figuras en los
lugares menos recomendados, y son unos mas del montón.
Ni se cotizan ni se valoran y le importa muy poco la opinión pública sin pensar
que esa mismo grupo de personas son los que deciden si permanecen por mucho
o por poco tiempo en la television o en los medios de comunicación en general.
La moral de mucha gente esta permanetemente por el suelo porque ellos dan pie
a eso.
No dejan nada a la imaginación todo, todo lo divulgan, todo lo confiesan, ni
siquiera aspiran a escribir unas memorias de su vida porque no queda nada que
contar.
Se queman dándole entrevistas a cualquiera sin investigar el medio, en conclusión
no se cotizan y se han convertido en buscavidas en todos lados que van.
Pero toda regla tiene sus excepciones, hay gente en los medios que se han sabido
dar su lugar y merecen el respeto del publico en general.
Y ahora que paso la megadivatormenta-huracán llega la epoca de las maduras a
tomar el mando otra vez.
Siempre he dicho que la calidad se impone a la mediocridad.
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Ese articulo està fuera de serie,me solidarizo totalmente con todos los conceptos emitidos en el mismo,Joseph,cada dìa que pasa màs te admiro,por algo me vienes arrastrando desde niño,felicidades!!
ResponderEliminarDios Santo Judith, en esa onda está el comentario que hasta ahora me ha vetado Joseph sobre su amigo.
ResponderEliminar"...mucho menos haberte graduado en voz y
dicción..."
Cualquiera hoy en día tiene licencia de locutor.
Alpha
Judith, quien eres tu, cuales son tus credenciales academicas, de donde eres, escribes para algun periodico?
ResponderEliminarDe verdad te felicito por tu habilidad de escribir y hacer analisis concisos. No me refiero especificamente a este articulo, tus contribuciones ateriores contienen la chispa que le gusta al lector.
Te felicito!