miércoles, 10 de diciembre de 2008

DE MIS VIVENCIAS


En los años 70 tenía amistad con una muchacha residente en el Ciudad Nueva cuyo hermano era estudiante aventajado en El Conservatorio Nacional de Música.
Eran los tiempos en que se encontraba en pleno auge Johnny Ventura, Wilfrido Vargas y en que comenzaban a ''atronar"' en el medio Los Hijos del Rey con Fernando Villalona, Raulín Rosendo y Los Kenton, después de haber debutado en el Estadio Olímpico junto a la Fania All Star.
Como he sido siempre merenguero "hasta la tambora", en la casa de la muchacha sus padres me miraban con desdén, pues siempre que la iba a buscar era para ir a fiestas en La Piscina de San Cristobal, la discoteca Porky, La VIP, el Teatro Agua y Luz, y al Típico del Centro de los Héroes.
El viejo decía en forma despectiva que yo era ''un combero''...
A veces el hermano de la muchacha quería participar de los bailes con las orquestas de merengue, pero su padre no lo dejaba.
Es más, me exigía que no lo aceptara, porque no quería que su futuro ''maestro de la Orquesta Sinfónica Nacional'' se contagiara con esos combos que tocaban para la chusma.
Yo tenía que complacerlo, con tal de que me dejara salir con la muchacha, la cual si que no comía pendejadas y se "ripeaba" en la pista los temas de merengue de moda en la época.
El caso es que como joven al fin, el estudiante de música deseaba participar de los ambientes donde podía conocer muchachas y los lugares de moda.
Su hermana le contaba de nuestras andanzas por la boite el Conquistador, de los shows del Maunaloa que incluía bailables con la orquesta de Héctor de León, los ''afters hours" donde Tony Echavarría (Cambumbo), las comidas en El Fogón y el ''pipián con guineitos verdes'' donde Blanquiní.
El muchacho estaba loco por disfrutar de todos esos ambientes de la época, donde usted podía salir a divertirse hasta la madrugada sin problemas.
Pero el padre aborvente lo mantenía restringuido todo el tiempo y no lo dejaba ni respirar.
Para no alargarles la historia debo decirles, que con el tiempo se graduó y perfeccionó sus estudios en armonía.
Y saben qué ocurrió? que después de tantos estudios musicales académicos terminó en un combo tocando ''bámbara kití, kiti bámbara kití...
Me dieron ganas de ir a la casa del muchacho y pararme al frente de la marquesina y vocearle un !gueje! al viejo.
No lo hice porque de antemano sabía que el papá sufría de la presión arterial y si le daba un ''yeyo'' o una ''cirimba'' me iban luego a culpar a mí y a responsabilizarme de esa desgracia.

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NIURKA BAEZ,
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