Tengo las manos calientes por el frío
por el insoportable calor de la pequeña habitación en que me han confinado.
El suero ha hecho su efecto
llenando mis pupilas de brillantes estrellas que parecen competir con el sol de medianoche.
Y yo aquí postrado, oyendo a lo lejos el tic tac del monitor que registra mi vida.
No sé si es de noche o es de día en este triste trance en que me encuentro
.
Depende de tí, dicen los médicos,
mantener o romper la línea
divisoria entre el ser y el no ser
de la máquina de oxígeno
Oigo ruidos, murmullos y voces
que se mezclan en oraciones y lamentos...
Quizás ahora que estoy convertido en vegetal
permitas que me desconecten
para viajar hacia el nirvana
y encontrar así la paz eterna.
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