ASÍ QUÉ FACIL ES...
Por Johnny Arrendel
Estoy en desacuerdo con ponderar capítulos de la vida personal de los artistas a la hora de evaluar su trabajo con fines estrictos de premiación y reconocimiento en sus áreas.
A menos, naturalmente, que de lo que se trate sea de dimensionar el papel de las figuras del arte como entes ciudadanos o por su contribución a causas altruistas.
Una cosa es que los colombianos Shakira y Juanes obtengan las grandes premiaciones internacionales que ya se han adjudicado por su trabajo musical, y otra que se les galardone, como también ha sido al efecto, por su labor social en pro de la paz, la infancia desvalida y otras causas nobles.
En Dominicana, varios de nuestros exponentes desarrollan importantes tareas de asistencia a través de fundaciones y patronatos que han creado e impulsan.
Figuras de trascendencia contribuyen en el rescate a niños en situación de pobreza, dotación de prótesis a impedidos, distribución de alimentos, lucha contra el cáncer, diabetes y cardiopatías infantiles.
Todo eso esta muy bien, pero no implica que si se remueven los altares muchos de esos santos se libren de precipitarse a tierra desde los altares.
Si se revisan los archivos periodísticos y se apela a la “memoria histórica” de la farándula, encontraremos numerosos casos que vinculan a importantes artistas en la comisión de hechos vergonzosos.
Humoristas, locutores y merengueros a quienes se les sindican abusos sexuales a menores o golpizas y maltrato verbal a sus parejas, sin que necesariamente esos hechos hayan sido probados en los tribunales.
Es más, se ha probado que una importante proporción de casos infamantes tuvieron como motivación el deseo de perjudicar la carrera de un artista u obtener beneficios a su costa.
También se registran querellas de damas contra productores de televisión y directores de orquestas en torno a presuntos acosos y chantajes sexuales sobre la base de garantizarles oportunidades en la televisión o la música.
Los anales de la escena nacional guardan casos de asesinatos cometidos por prestantes nombres del arte y la comunicación, quienes después de ser procesados e incluso condenados no tuvieron dificultades en reinsertarse en el medio, algunos de los cuales ya han fallecido rodeados de las mas santa paz.
En medio de esta vorágine en contra de Omega, artista que surge de los estratos sociales mas bajos, prevalece la realidad de que figuras internacionales protagonistas de graves episodios de violencia intrafamiliar serían galardonadas aquí sin encontrar oposición.
Es indiscutible, además, que quienes sustentan la flamante campaña moralista y feminista no se atreverían a adelantar acciones contra ninguna de las vacas sagradas del arte y la comunicación en el país, en caso de que se les endilgaran iguales o peores acciones que a Omega.
Lo que pasa es que de la manera que se viene ejecutando, es muy fácil encarnar una campaña dizque en defensa del sector femenino, pero que en el fondo lo que trata es de ganar un capital político sustancial al menor costo posible.
No mas palabras magistrado Arrendel...Para no seguir lloviendo sobre mojado,solo faltaria agregar:"El que este libre de pecados que tire la primera piedra...Sin querer uno tampoco justificar las malas acciones es obvio que los moralistas siempre estan como MARIA GARGAJO QUE LAVAN LOS HUEVOS Y LUEGO ESCUPEN LA MANTECA...
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