El fracaso que se ha producido en la alfombra roja de los premios Casandra en algunas ocasiones se ha debido a la improvisación con la gente a la cual se le ha encomendado su transmisión.
Se piensa que es una tarea más sencilla que la propia conducción del premio Casandra, y resulta que no es así.
Y lo vamos a explicar...
Lo que se dice en El Casandra está bajo libreto, se ensaya y se coloca en teleprompter en el cual los conductores del ceremonial pueden ir leyendo.
Es decir, que si alguien se equivoca y ''mete la pata'' es porque es muy malo.
En la alfombra puede haber un guión, pero no un libreto.
Lo que se dice tiene que ver mucho con la capacidad de improvisación y de narración de los que asumen esa tarea.
Tiene que ser gente que conozca a los artistas y figuras nominadas para consecuentemente no ignorarlos cuando desfilen por la alfombra, como ha sucedido en ocasiones anteriores, que los conductores no saludan ni destacan la presencia de veteranas figuras del arte porque no las conocen, y solo atinan a reseñar la llegada de comediantes y merengueros que si bien es cierto son muy populares, en modo alguno se puede estar ignorando a exponentes estelares del teatro, la música y otras expresiones igualmente importantes.
Quienes están allí deben además saber sintetizar las entrevistas que hacen a los que desfilan por la alfombra, para no agotar tiempo de más.
Deben entender que no están en un programa de farándula con todo el tiempo a su favor, por lo que las preguntas deben ser puntuales y no para obtener un prontuario de datos que no vienen al caso, como suele suceder con algunos que de manera improvisada son colocados en la conducción de la pasarela.
De ello depende el ritmo de la realización. Por lo tanto, salen airosos aquellos que poseen dominio del proceso.
Una alfombra roja o dorada por lo tanto no puede ser confiada a ''modelitos'' y ''megadivitas'' de la televisión como ha sucedido en ocasiones pasadas, que han echado a perder una parte de las más importantes de la transmisión de los premios Casandra.
Los fracasos y los errores de anteriores transmisiones de pasarelas han sido el resultado de la misma actitud festinada que se da en los espectáculos multitudinarios, cuya animación ha sido confiada a megadivas y chicas bonitas de la televisión que carecen de condiciones y de experiencia para manejar al público. Hay espectáculos multitudinarios que la animación ha sido de pura gallareta.
Ya el Casandra cumple 25 años, y no es posible que en la producción de la boda de plata del premio se cometan los mismos errores del pasado.
Los conductores de la alfombra de este año tendrán sobre sus hombros una gran responsabilidad, donde no pueden fallar.
Eso deben tenerlo presente Linda García, Fausto Mata, Héctor Pérez Reyes y Nashla Bogaert.
Y en cuanto a los estilistas Carlos Lamarche y Sócrates MacKinney, que tendrán a su cargo la parte de la moda y la ropa de los participantes de la pasarela, lo único que les vamos a pedir es que asuman una actitud profesional, imparcial, que no desdiga de su trabajo.
Ello a propósito de que en pasadas transmisiones hay estilistas que se han ensañado con los vestidos diseñados por modistos con los que mantienen rivalidad o no son de agrado.
Aprovechan entonces ''la cancha'' para maltratarlos en un evento de tanta audiencia e importancia.
Esos estilistas que hablan de los vestidos de los que desfilan por la dichosa alfombra son el terror de algunas divas y diseñadores, porque van a lucirse a la misma y terminan desacreditados.
Luego trataremos el tema de los fotógrafos y periodistas que son manipulados durante el desfile de la pasarela, respondiendo a determinados intereses.
La cara oculta, lo que no se ve, ni nadie se atreve a decir.
Pero en merengala no hay ''chivos ocultos'' ni ''vacas sagradas''.
SON 25 AÑOS DEL CASANDRA NO VEO QUE BUSCAN ESTAS PERSONAS SIN EXPERIENCIA AHI.
ResponderEliminarDEBIERON PONER A IVONNE BERAS GOICO, ES TALENTOSA Y CONOCE A TODO EL MUNDO EN ESTE MEDIO.