En el medio artístico y social hay sencillamente dos categorías al momento de la organización de un coctel o una rueda de prensa para anunciar un evento o presentar un producto.
Los que promueven la cultura de la miseria y la pobreza, y los que se van al extremo del buen gusto y la opulencia.
Son dos polos y posiciones diametralmente opuestos, que necesariamente los que estamos en este medio tenemos que considerar, porque nos encontramos con ello casi a diario.
Los del culto a la miseria son aquellos que convocan a encuentros con la prensa en locales inadecuados, a veces en habitaciones de la misma empresa, para no gastar en el alquiler del salón de un hotel, donde nunca falta el barcito de Brugal o de Cerveza Presidente, y las clásicas bandejas de pastelitos ''abombados'' y kipes trasnochados, que son un verdadero atentado al sistema digestivo de quienes se atrevan a meterle mano.
(Exceptuando a los paracaidistas, que se comen hasta el cartón piedra que le ponen debajo a los bizcochos de cumpleaños).
En esas ruedas de prensa usted ve que los responsables de la convocatoria fungen como maestros de ceremonia, y no dude usted que hasta la nota de prensa que entregan haya sido redactada por ellos mismos.
Y que conste no lo hacen porque realmente no tengan recursos, sino por tacañería.
Con ello no hacen más que faltarle el respeto a la gente de la comunicación, que dicho sea de paso no está obligada a cubrir esas actividades y a reseñarlas como si se tratara de un asunto de interés nacional, cuando bien se sabe que se circunscribe a un propósito personal del convocante.
En el otro extremo está la gente "nice", con buen gusto, a la que no le tiembla el pulso al momento de invertir para que su acto social sea elegante, trascendente, de clase, y por ende vaya a las páginas principales de sociales de los periódicos y las más exigentes revistas especializadas.
En la decoración, el montaje, el servicio, predomina el buen gusto.
Buena impresión en el material de apoyo y proyección en pantalla gigante o en plasma de la propuesta, anunció o presentación del producto.
De igual modo, buenos vinos, exquisiteces en bocadillos gourmets, con un servicio "premiun", que realzan la imagen del anfitrión que convoca.
No es que si usted no tiene con qué hacer de ese modo su encuentro de prensa tenga obligatoriamente que regirse por esa pauta, pero con lo que se tenga, se debe tratar siempre de hacerlo con elegancia y buen gusto, es el reclamo.
La diferencia de todo la dan los detalles, y en eso nadie debe perderse.
Su salami y sus galletitas de soda, reservelo para su casa si hasta ahí usted llega, pero no le quiera imponer a los demás su tacañería y su mal gusto.
En ese punto no podemos dejar de mencionar a la empresa de Vladimir Lendof y Asociados, que se han ganado un merecido crédito por la calidad de servicio que ofrece a sus clientes.
Cuando se trata de un evento o actividad organizado por Vladimir, usted puede apostar "pato a gallareta" que siempre predominará la elegancia, la creatividad, la clase y el buen nivel, aún cuando quizás el presupuesto no sea tan alto como se quisiera.
En materia de organización de eventos sociales, Vladimir Lendof es una especie de rey Midas.
No hay dudas.
El prestigio y la fama se gana, sobre todo cuando se trata de la etiqueta social.
FOTO: Vladimir Lendof
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NIURKA BAEZ,
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