Después de todo, te comprendo Cipriano.
Décadas atrás la celebración de la Semana Santa incluía un ritual y una liturgia muy rígida conforme al pensamiento y a la disciplina ortodoxa de la iglesia católica.
No se podía hablar ''duro'' el Viernes Santos porque ya Jesucristo estaba muerto. Tampoco se podía comer carne por aquello de que se incurría en un pecado.
El viacrucis, el sermón de las siete palabras, las misas en latín, las emisoras con música sacra, las habichuelas con dulce con pedazos de batata, pasas y galletitas con una cruz, hasta culminar el día siguiente el Sábado de Resurrección quemando a Judas por traidor.
Eran rituales que le imponían a uno en la familia, so pena de enfrentar castigos divinos y terrenales aquellos que osaran violentar los preceptos establecidos.
Era tanta la represión, Cipriano, que la misma gente buscó la manera de liberarse de tanta rigidez impuesta por la tradición, y fue cuando vino la moda de convertir la Semana Santa en un período de vacaciones.
Y con ello vino el desenfreno, que digo yo, no es más que el proceso natural que se da cuando usted represa demasiado las aguas, que buscando vías de escape se desbordan.
Aquellos vientos, trajeron estos polvos...Cipriano.
No mires sencillamente que la Semana Santa se han convertido en un "relajo", como dices tú.
Veamos el otro extremo, quizás indeseado por quienes no comparten el bonche y el bochinche, entre los cuales obviamente te incluyo.
Ello no es más que la expresión de una sociedad que se encamina cada vez mas a lo pagano, y que dificilmente puede ya ser regida por los cánones impuestos por la tradición.
Y qué hacer entonces?. Lamentarse.?..Darse golpes en el pecho...? O asumir de manera patética la realidad, sentado en una mecedora, rumiando tu rabia, para no provocar con el ''pique'' tus incontinencias seniles?....
Hay maneras más dignas de envejecer, Cipriano, se lo he dicho, pero no lo quierse entender.
Pero, después de todo te comprendo.
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