EN EL DÍA DEL PERIODISTA

EL PRESIDENTE FERNÁNDEZ 

PENSIONA A DON GUILLERMO

Johnny Arrendel

 

Hace tiempo que los gremios periodísticos (En particular, Acroarte) debieron reconocer la labor de exponentes paradigmáticos  del oficio de la talla de Mundito Espinal y Guillermo Henríquez.

 

El trabajo desarrollado por estos exponentes contribuyó en forma importante al desarrollo logrado por la crónica artística en el país, sobre todo entre los años del 1960 al 90.

 

Aún cuando ellos y otros veteranos no estén activos como miembros del gremio de cronistas de arte es justo reconocerlos como precursores de la actividad, específicamente en la modalidad radial.

Sin embargo, ambos han sido de los grandes ignorados por sus colegas que ejercen en la actualidad,  y más directamente, por los que deciden el rumbo del gremio.

 

Por ejemplo, en esta Edición 25 Aniversario de los Premios Casandra no se programó homenaje alguno a los "viejos robles" de la especialidad periodística.

 

Recordemos que hace varias semanas publicamos un post en Merengala titulado “Ignoraron al Viejo”, referente a que Guillermo Henríquez ni siquiera fue invitado al reciente concierto del boricua José Feliciano en el país.

 

Desde hace 35 años Don Guillermo mantiene el muy escuchado programa “Una Sombra, una Voz y una Guitarra”, dedicado a difundir la música del trovador ciego.

 

Durante su desempeño como empresario y cronista, Henríquez contribuyó de manera desinteresada a impulsar las carreras de numerosos artistas.

 

Por ejemplo, al llegar de Higuey, los Hermanos Rosarios encontraron acogida en el piano bar El Prestigio, regenteado por Don Guillermo, donde pudieron ser escuchados y compartir tarima con grandes figuras, como Fernando Villalona. Allí iniciaron su despegue.

 

También, Henríquez financió con sus propios recursos una de las primeras producciones de Aníbal Bravo, quien con la venta de ese larga duración a la disquera Kubaney pudo solventar la compra de su vivienda familiar.

 

Sin embargo, hoy en día Don Guillermo reside todavía en un viejo y deteriorado apartamento alquilado, ubicado en la Zona Colonial, que casi se le cae encima.

 

De su lado. Mundito Espinal ha sido uno de los mas elevados cultores de la crónica de arte el país. Sin dudas una voz contundente, autorizada y  respetada, amén de  compositor de piezas excelentes, sobre todo en el bolero y el merengue.

 

En un gesto que le enaltece, el presidente Leonel Fernández no ha escatimado recursos en momentos que ha peligrado la vida de Mundito, al complicarse sus males de salud, y ha puesto a disposición de su familia desde un avión-ambulancia para trasladarle al extranjero, hasta la cobertura total de sus gastos médicos por parte del Estado.

 

Ahora, nueva vez la sensibilidad del mandatario se manifiesta, al disponer una pensión  de 30 mil pesos mensuales para Guillermo Henríquez, quien cada día se esfuerza para ejercer la comunicación radial y televisiva, a pesar sus evidentes limitaciones de edad y salud.

 

Don Guillermo,  quien no puede leer porque además de la retinopatía que le provoca la diabetes padece de un severo glaucoma, se levanta cada mañana antes de las 5:00 A.M. para intervenir en varios programas.

 

En estos días, las dificultades de Don Guillermo fueron comentadas por Enrique Fernández, con quien comparte el espacio Acción Matinal, por Supra 101.7 FM, y el caso interesó al locutor Miguel Tavárez, de la Dirección de Prensa de la Presidencia.

 

Tavárez, co-productor del programa Clásicos del Domingo, que conduce Eugenio Mieses por KQ 94, expuso la situación ante su jefe, Rafael Núñez, quien a su vez lo planteó al presidente Fernández con el feliz resultado de la pensión otorgada a Don Guillermo.