Por Johnny Arrendel
Criticar a Jochy Santos es satisfactorio, y no precisamente porque quien emita juicios sobre su accionar mediático tenga actitud de persecutor.
Resulta que Santos es de las escasas gentes del medio que en lugar de descalificar cualquier cuestionamiento a su desempeño se toman tiempo para sopesarlo, y si encuentran valor de verdad, asumen los correctivos.
Es cierto que todos a nos gustan los elogios, pero no menos real es que sin críticas y contradicciones, tampoco habría desarrollo.
Por eso quiero recordar apreciaciones de algunas personas cercanas sobre Jochy Santos.
Ahora bien, reitero, no hay por qué ser condescendiente, aunque sí consecuente, con una figura a la que por su gran ascendiente se le deben exigir altos niveles de calidad en su exposición.
Desde siempre admiraba a Héctor Olivo, y más cuando supe que por razón de principios el destacado locutor tuvo que irse de una emisora radial y se instaló en Telesistema.Olivo no aceptaba cortapisas en cuanto a las informaciones que podían leerse donde laboraba, relacionadas con la guerra de Nicaragua entre “Sandinistas y Contras”.
En Telesistema, Olivo hizo bien la transición a presentador de Telenoticias, a diferencia de colegas suyos que no marcan la diferencia entre el recitar la noticia en el medio radiofónico y el contarla en la pantalla chica.
Entonces me llegó la oportunidad de trabajar con Olivo, en una entidad gubernamental que nació para hacer comunicación estratégica y donde el también abogado fue director ejecutivo y quien suscribe estuvo asignado a la División de Prensa Radial.
En las tardes, en el cambio de turno, se armaban tertulias en torno a los medios y sus figuras, donde intervenían Máximo Díaz, Roberto Claudio, José Laluz, Fernando Custodio, el propio Olivo, Abinader Fortunato, Víctor Víctor, y Tommy García, entre otros.Una posición recurrente en Olivo, quien no acostumbra regalar elogios, fue proclamar a Jochy Santos como uno de los comunicadores armados de mejor bagaje para trabajar en la radio.
En aquellos momentos, que Jochy era visto únicamente como un exponente más de la chercha mediática, Olivo insistía en que además de talento y gracia, contaba con una preparación por encima de lo común.
Ciertamente, el posterior retorno de Santos a la radio a través del programa Botando el Golpe, se constituyó en un verdadero fenómeno, que elevó a niveles increíbles la popularidad de aquel discreto locutor de emisoras de AM en los años 70.
Ay, qué olla!
Y no se quedó ahí, tras su paso casi anónimo por la radio, su incursión televisiva que le dio popularidad pero no dinero en los shows de la Noche y del Mediodía, y el boom de Botando el Golpe, Jochy se establece nueva vez en televisión, pero por la puerta grande con Divertido.
En estos días, durante el Diplomado de Comunicación impartido a más de cien comunicadores por la Universidad de Salamanca, con auspicios de la Dirección de Prensa de la Presidencia, se habló mucho del éxito de Jochy.
En el Módulo de Radio, numerosos estudiantes referían el de Santos como ejemplo de producción radiofónica que combina de manera efectiva el entretenimiento y la evasión con lo cultural y la orientación al público.
Incluso, varios de los académicos de las universidades de Salamanca y Barcelona que impartieron docencia, se interesaron en conocer los detalles de El Mismo Golpe.
José Delio Jiménez –Gavilán Gaby-, recordó en una de las jornadas del Diplomado que en los tiempos que dirigió Rumba FM, pudo comprobar que Jochy llegaba a la estación horas antes de cada emisión y se dedicaba a escribir el guión.
El Gaby ponderó que la prosperidad y aceptación de que disfruta hoy Santos no es fruto de la casualidad, y que aunque le saca partido a la espontaneidad, nada se lo deja a la casualidad
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