lunes, 22 de junio de 2009

PUBLICADA EN EL PERIÓDICO EL NACIONAL

ARTE NACIONAL
Ptr Joseph Cáceres

EL HUMOR DE RAYMOND Y MIGUEL


Raymond Pozo y Miguel Céspedes se han erigido en los más populares comediantes del país en los últimos tiempos, no solo por la amplia audiencia y los niveles de facturación que tienen en su show de televisión, sino también por la capacidad de convocatoria que demuestran en los lugares donde se presentan.

Ayer en Solymar de Bonao provocaron un entaponamiento de vehículos en la entrada, donde lograron una concurrencia de más de mil doscientas personas, que pese a la lluvia se dio cita en el establecimiento para disfrutar de su espectáculo de humor.

Los comediantes montaron una atractiva velada, en la cual prescindieron de las vulgaridades que les había criticado en su show 51-15 en el teatro United Palace de Nueva York el pasado mes.

Esta vez los ví más chispeantes y graciosos, haciendo un show para toda la familia, tomando en cuenta de que habían muchos niños que disfrutaban de un pasadía en las piscinas del establecimiento.

Se demostró que las expresiones groseras a que apelan muchos comediantes no hicieron falta, y que a base de ingenio y creatividad se puede provocar hilaridad.

Cuando se tiene talento, no hacen falta adulteraciones ni truculencias baratas que es precisamente uno de los males de que adolece el humor criollo de última generación, donde aparece mucha gente improvisada y enganchada a una de las expresiones artísticas más difíles de todas.

Porque si bien es cierto que en el humor criollo hay gente con talento y con verdaderas condiciones para hacer reir, no lo es menos que hay mucha presencia de ''comediantes de calle'' , o "'urbanos'', que no tienen la mínimas condiciones para estar apareciendo en una pantalla de televisión, haciendo payasadas, chistes grotescos y vulgares, que en vez de provocar risa lo que hacen es molestar y ofender al televidente que tiene criterio.

Piensan ellos que para ''llegarle''a la gente, se hace necesario hablar su propio lenguaje, lo cual es un criterio que en cierto modo podemos admitir, pero que en la practica esos mismos comediantes ''de calle'' desvirtúan.

No le veo nada de gracia a la articulación de un ''lenguaje de cloacas'' para hacer reir a la gente. Ahí no hay arte.


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