UN ANTES Y UN DESPUES
Por Johnny Arrendel
La Dirección de Información, Prensa y Publicidad de la Presidencia ha dado un paso que muchos consideran será fundamental en el avance de la cinematografía dominicana, en particular, en la modalidad de documental histórico.
Se trata de la producción “Máximo Gómez Hijo del Destino”, un filme basado en la investigación que bajo el mismo título publica la Presidencia de la República, con la firma de las muy acreditadas periodistas Minerva Isa y Eunice Lluberes.
Para escribir esta obra novelada, Isa y Lluberes escudriñaron durante unos seis meses en los escenarios donde se desenvolvió el Héroe: Baní, Montecristi, Honduras y, naturalmente, Cuba.
Para comenzar, la producción, dirigida por Ramón Elías Reyes, con fotografía y soporte técnico de Fernando Báez y su empresa de audiovisuales, cumple con el requisito de todo documental verdadero, ya que plantea una tesis.
Claro que para ser documental tiene sobretodo que representar la realidad por medio audiovisual.
En específico, sustenta que todo cuanto hizo el general Gómez por la libertad de Cuba le acredita también como héroe en su propia tierra, República Dominicana, a pesar de que antes combatió aquí a favor de los españoles durante la Guerra de la Restauración.
Articulada así, alrededor de un planteamiento central, esta filmación apuntala su categoría y se demarca de otros intentos audiovisuales nacionales que hasta se han exhibido en salas cinematográficas bajo denominación de documentales, pero que realmente son reportajes largos.
Al marcar un hito, esta realización donde se reproducen momentos estelares de Cuba, crea de entrada el reto para que las autoridades propicien la creación de otros materiales que aborden la historia dominicana con esos mismos niveles de calidad.
Los grandes episodios a partir de la llegada a la isla Española de los conquistadores europeos están ahí, y con audiovisuales elaborados con el rigor de este basado en la vida de Máximo Gómez estarían al alcance de las masas, en especial de los jóvenes y niños.
El director muestra pericia en variadas técnicas cinematográficas, yo diría que inéditas en producciones dominicanas.
Hay que ver esas recreaciones de batallas entre los ejércitos Mambí y Español, con frecuentes cargas al machete y caídas aparatosas de caballos y jinetes.
Soberbia es la interpretación de Gómez por parte del primerísimo actor Iván García, quien logra exteriorizar todos los trances emocionales y hechos azarosos que atormentaron la existencia del guerrero, sin caer en momento alguno en afectaciones ni declamaciones antinaturales.
Víctor Ramírez hace un Máximo Gómez joven convincente, lo mismo que un niño que lo encarna en sus primeros años, y que aunque alejado del físico que se le presumiría al banilejo en tales tiempos, supera ese escollo con la destreza de reflejar la vocación militar temprana del Héroe.
En cuanto a las entrevistas, muy acertadas selecciones. Aportes notables de Roberto Cassá, Euclides Gutiérrez, Emilio Cordero Michel y una serie de historiadores cubanos encabezados por un Eusebio Leal que supo poner el punto emocional más alto en la producción.
Hay que resaltar la intervención de un general del Ejército Dominicano, de apellido Cordero, psicólogo y experto en geo-política, quien arroja luz sobre los conflictos en la personalidad de Gómez.
Otro aspectos luminosos del documental, es la selección de René Alfonso como narrador. Varios exponentes destacados, entre ellos Rubén Camilo, J.J. Hernández y Enrique Fernández, expresaron de manera abierta su aprobación al trabajo de este profesional de la voz.
Congratulaciones al ministro de Prensa, Información y Publicidad de la Presidencia, Rafael Núñez, y creo que el documental Máximo Gómez Hijo del Destino pone el listón bastante alto desde ya a la hora de galardonar el mejor trabajo de esta categoría durante el año 2010.
En específico, sustenta que todo cuanto hizo el general Gómez por la libertad de Cuba le acredita también como héroe en su propia tierra, República Dominicana, a pesar de que antes combatió aquí a favor de los españoles durante la Guerra de la Restauración.
Articulada así, alrededor de un planteamiento central, esta filmación apuntala su categoría y se demarca de otros intentos audiovisuales nacionales que hasta se han exhibido en salas cinematográficas bajo denominación de documentales, pero que realmente son reportajes largos.
Al marcar un hito, esta realización donde se reproducen momentos estelares de Cuba, crea de entrada el reto para que las autoridades propicien la creación de otros materiales que aborden la historia dominicana con esos mismos niveles de calidad.
Los grandes episodios a partir de la llegada a la isla Española de los conquistadores europeos están ahí, y con audiovisuales elaborados con el rigor de este basado en la vida de Máximo Gómez estarían al alcance de las masas, en especial de los jóvenes y niños.
El director muestra pericia en variadas técnicas cinematográficas, yo diría que inéditas en producciones dominicanas.
Hay que ver esas recreaciones de batallas entre los ejércitos Mambí y Español, con frecuentes cargas al machete y caídas aparatosas de caballos y jinetes.
Soberbia es la interpretación de Gómez por parte del primerísimo actor Iván García, quien logra exteriorizar todos los trances emocionales y hechos azarosos que atormentaron la existencia del guerrero, sin caer en momento alguno en afectaciones ni declamaciones antinaturales.
Víctor Ramírez hace un Máximo Gómez joven convincente, lo mismo que un niño que lo encarna en sus primeros años, y que aunque alejado del físico que se le presumiría al banilejo en tales tiempos, supera ese escollo con la destreza de reflejar la vocación militar temprana del Héroe.
En cuanto a las entrevistas, muy acertadas selecciones. Aportes notables de Roberto Cassá, Euclides Gutiérrez, Emilio Cordero Michel y una serie de historiadores cubanos encabezados por un Eusebio Leal que supo poner el punto emocional más alto en la producción.
Hay que resaltar la intervención de un general del Ejército Dominicano, de apellido Cordero, psicólogo y experto en geo-política, quien arroja luz sobre los conflictos en la personalidad de Gómez.
Otro aspectos luminosos del documental, es la selección de René Alfonso como narrador. Varios exponentes destacados, entre ellos Rubén Camilo, J.J. Hernández y Enrique Fernández, expresaron de manera abierta su aprobación al trabajo de este profesional de la voz.
Congratulaciones al ministro de Prensa, Información y Publicidad de la Presidencia, Rafael Núñez, y creo que el documental Máximo Gómez Hijo del Destino pone el listón bastante alto desde ya a la hora de galardonar el mejor trabajo de esta categoría durante el año 2010.
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