FITO PÁEZ

ACABA CON LOS INTERNAUTAS

Fito Páez está animado y parlanchín. Copa en mano, se despacha a gusto sobre su vida, su música y los tópicos de la argentinidad. Sin pelos en la lengua.

-¿En quién confía Fito Páez?
-En mí mismo. Y al mismo tiempo, de mí mismo es de quien más desconfío (risas).

-Éste es un disco con más pegada, más eléctrico que los anteriores...
-Sí, es un disco vital, pero no es optimista, como cree mucha gente. Los textos son duros.

-Cuando uno desea tanto algo, conseguirlo puede ser terrible. Desde luego, frases como "Cuidado con lo que quieres porque algún día lo puedes conseguir" dan qué pensar. Explíquese.

-Cuando uno desea tanto algo, conseguirlo puede ser terrible. Lo lindo no es conseguir las cosas, sino el viaje, la experiencia.

-¿Qué significa para Fito Páez ser argentino?
-Ser argentino es ser insólito, raro, extravagante, único. Ojalá eso cambie, porque es desesperante. En todo caso, estoy harto del argentinismo.

-A los que vemos su país desde fuera, nos cuesta comprenderlo...
-Es que Argentina es un misterio en todos los sentidos desde su misma formación como país. Aunque es cierto que ese misterio tiene un gran encanto. El nuestro es un país atrapado en su propio embrujo.

-Su disco ya circula libremente por la Red. ¿Cómo se lleva Fito Páez con las nuevas tecnologías?
-En su día inspeccioné un poco el mundo de Internet y me parece horrible y sórdido. Veo gente encerrada, frustrada. No tiene que ver con mi naturaleza. Yo creo en el abrazo, en los besos y en la mirada. Allí no hay nada de eso, así que no me interesa. Yo soy romántico y criollo. A mí no me jodas. Yo me quiero tomar un vino y que no me hinchen las pelotas.