Joseph Cáceres

Qué pasa con Rumba?

 

Trás el cambio de dueño  he estado escuchando la emisora Rumba, pues su adquiriente, José Cabrera (Dorín), ha procurado que se la entreguen limpia, libre de programas hablados y arrendados.

Lo que he estado escuchando hasta el momento no me gusta.

La línea musical luce desfasada y se están tocando discos que  alejados de un concepto o criterio de programación aceptable dentro de los parámetros establecidos.

!Cuánta música mala!.

Encima de eso unas promociones que parecen de una estación de radio provinciana, donde se destaca en todo momento que Rumba es una emisora de la Cadena Hispanoamericana, lo cual nos hace recordar los viejos tiempos de la Cadena Brea Peña y el Circuito Corporán.

Una emisora de radio como Rumba debe ser diseñada y programada con fisonomía propia, y en modo alguno debería ser ''colgada'' de una cadena que no le dice nada a la gente, cuya imagen en términos de resultados no le dice mucho a la gente.

Es insólito que una emisora de la capital sea programada como si fuera una estación de Barahona o San Juan de la Maguana.

Como parte de un proyecto político puede que el asunto de la cadena funcione, pero no creemos que un emisora así pueda competir competir aquí en la capital.

La Cadena Hispanoamericana  ha sido siempre vista como parte de un proyecto político, pues no se puede perder de vista el hecho de que Dorín Cabrera fue un funcionario de mucha incidencia en gobiernos del Partido Revolucionario Dominicano, al cual siempre se le ha visto ligado.

Y claro está que tanto él, como cualquier otro hombre de radio, tiene derecho a estar con el partido o el gobierno que le dé la gana.

Pero es una lástima, que a una emisora como Rumba la hayan tomado para atrasarla en vez de avanzarla.

En manos de Nelson Estévez era una de las emisoras de mejor sonido, pues éste se preocupaba por traer a técnicos que venían desde Miami a ecualizarla, colocándola en un acertado balance de los graves y los agudos, detalles estos que muchos radiodifusores descuidan.

De ello puedo hablar porque ''eché los dientes'' en la radio desde ''chiquitico'', y mi curiosidad me llevó siempre a conocer lo que era en aquellos tiempos un tubo final, de modulación, un excitador, una segunda harmónica, un  heterodino, y muchos otros detalles técnicos que me permitían advertir cuando una emisora estaba sobremodulada y por qué le tiraba ''flecos'' a una vecina, o interfería a una lejana.