Joseph Cáceres

El difícil, pero a la vez agradable

 mundo de la producción de televisión

Joseph, 

Al igual que Felipe Polanco, me identifico plenamente con tu comentario, sobre nuestro humor y lo difícil que se hace conseguir un espacio en los llamados canales VHF. Ahora bien si se trata de una mega diva o de una novata que apenas puede articular una oración de dos palabras (una de ellas un artículo) y la misma tiene unos buenos pompis y sus senos pasaron por el quirófano, entonces las puertas son abiertas fácilmente.

Aquí, hasta para tu hablar con un ejecutivo de algunos canales, tiene que confesarte, rogarle a Dios y hasta prender velas, no para que te coja la llamada, sino para ver si se “conduele” y te la devuelve. Es más, con la basta experiencia laboral que tengo, podría asegurar que este debe ser el país más difícil para alguien ver o hablar con los ejecutivos de una empresa de cualquier naturaleza, pues parecen pensar que el buen ejecutivo es el que no recibe a nadie, el petulante, el que no responde ni devuelve una llamada o siempre está en una reunión. Parece que su eficiencia es directamente proporcional a su capacidad para rechazar y escuchar a las personas.  Por la actitud de este tipo de anti profesional, muchas empresas han perdido grandes negocios, no sólo en esta república bananera, sino en otras latitudes.

Per volviendo al humor, como  bien dices en el referido artículo, el humor es lo que busca todo el mundo, más en el horario nocturno, pues llega un momento en que la gente está hastiada de las informaciones negativas del diario acontecer de nuestro país, cuyo bombardeo empieza a las cinco de la mañana y todavía a las doce de la media noche estamos viendo noticias, en un país donde, si no fuera por la política, no se generaría gran cantidad de información como para que existan tantos noticiarios, programas de panel, de entrevistas y de análisis noticiosos.

Como humorista, a veces la gente aborda a uno en las calles y se manifiesta. En ocasiones algunos televidentes han expresado que ni siquiera querrían ver orquestas actuando en los programas nocturnos. Los programas meridianos  y de otros horarios, presentan orquestas y artistas todos los días, y aún son las 12 de la medianoche y estamos viendo orquestas que tocan los mismos temas que tocaron en el día, que a la vez son los mismos temas que están tocando desde la década de 1980, de día, en la tarde, en la noche y hasta en la madrugada.

El humor, en su diferentes manifestaciones (televisivo, en shows, en el teatro, en el cine, escrito, etcétera) es la actividad menos rechazada en el mundo, pues la gente necesita reírse. ¿Cuántos años tiene Saturday Night Live en el aire? ¿Por qué Benny Hill, Mel Brooks, Jerry Louis y Chespirito, son íconos que nadie puede borrar? Sin irnos más para atrás, con Charles Chaplin, Buster Keaton, El Gordo y El Flaco, Los Hermanos Marx, Los Tres Chiflados, entre otros ya fallecidos. ¿Por qué se puede comprobar que hoy día hay jóvenes de 18 años disfrutando de  Tres Patines y La Tremenda Corte, que comenzó a transmitirse hace alrededor de 60 años y cuyos protagonistas principales ya fallecieron todos?

El televidente necesita relajarse y la única forma de lograrlo es recibiendo más humor. Claro, deben ser entregas con buen contenido y bien pensadas.  

Se podría decir que, como humorista, uno está sangrando por la herida, pero no es así. No critico que los dueños de canales se vayan por lo más fácil (enlatados), pues es su negocio y lo manejan como consideren que les rinda mayores beneficios, pero a los productores criollos no deben ponérsela tan difícil, sobre todo si los mismos pueden demostrar que tienen un producto por lo menos interesante y tomando en consideración que a una “mega mami” se la pichan a 60 millas, claro, por sus condiciones corporales, no mentales.  

Y vuelvo, para terminar, con los ejecutivos medios de los canales locales. Más fácil el propietario del canal te devuelve una llamada y no el que está por debajo de él. Sabemos que echar hacia adelante en el arte popular es difícil en cualquier país del mundo, pues a nadie le regalan nada, pero duele ver a veces como a individuos carentes de condiciones (principalmente mujeres) les abren las puertas de los canales hasta para que levanten las piernas, dizque enseñando a la gente cómo hacer ejercicios.

Orlando Holguín

Humorista