Serruchadores de palo, trepadores y
mediocres
mediocres
Por Orlando Holguín
Cuando nos enteramos de que Sergio Carlo, hace unas semanas, había hecho público su descontento con Milagros Germán, porque ella le puso al lado a un extranjero desconocido a hablar de fútbol en el programa Chévere Nights, nos tragamos el cuento, contrario a Joseph Cáceres que, como dice el dominicano, “se la llevó” ipso facto y escribió algo al respecto. Luego de ahí toda la trama como que se cayó.
Al principio no dejó de llamarnos la atención el que Sergio Carlo reaccionara de esa forma, tanto así, que procedimos a llamarle. ¿Por qué nuestra inquietud? Porque creemos que Sergio Carlo, ex compañero de labores, no es un mediocre, ni un inseguro y mucho menos le falta talento. Consideramos que el joven santiaguero no se asustaría ni que resuciten a Johnny Carson con 20 años de edad y se lo pongan a lado.
Por otra parte, El Boli, otro joven que se abre paso en el mundo de la televisión y quien labora para los programas Perdone la Hora y 11 x 11 Roberto (esto, porque entre Más Roberto y 9x9 Roberto, la diferencia es de 2, es decir, es el mismo palo con diferente cachimbo), dice que hasta ahora no se ha topado con nadie que haya tratado de “serrucharle el palo”. Esta frase es muy famosa en el mundo laboral dominicano, y se refiere a cuando alguien le quiere quitar el puesto a otra persona.
A propósito de todo esto, hace un buen tiempo, tuvimos la suerte de trabajar en una compañía donde los serruchadores de palo, trepadores y mediocres (que no es el caso del cubano que deslumbró a Milagros Germán) debían pisar fino, pues aunque existían, igual que existen (pero en menor cuantía) en la NASA, en la ONU, en Mercasid, o en la FIFA (muy de moda en estos días), no tenían mucho futuro en la empresa en cuestión, debido al tipo de administración que allí se aplicaba.
Ahora bien, aprovechando el caso de Sergio Carlo y las declaraciones de El Boli, ¿qué son “serruchadores” de palo, trepadores y mediocres? Antes de dar detalles de estos personajes, cabe destacar que en el mundillo en que no desenvolvemos (el arte popular) hay mucha tela por donde cortar en ese sentido, pero también es bueno señalar que estos individuos no son propios sólo del medio artístico, y por esto más arriba mencionamos su existencia enempresas muy alejadas de este quehacer y de muy diferentes actividades entre unas y otras.
Pues bien, comencemos: El “serruchador” de palo es aquel sujeto capaz de obrar y actuar para quedarse con el puesto del otro. En algunos casos, el “serruchador” puede estar por encima o en iguales condiciones de la víctima a la cual quiere serrucharle el palo, pero eso no lo hace más benigno, pues al fin y al cabo su meta es quedarse con el puesto de otro, a veces a cualquier precio. La serruchadera de palo es famosa en todos lo ámbitos, en todas las latitudes y culturas. En la antigüedad, sobre todo en el Imperio Romano, los “serruchadores” de palo, para asegurarse de lograr el puesto que querían, eliminaban físicamente a las personas que ocupaban el puesto que ellos apetecían.
El trepador, por su parte, es aquella persona que quiere escalar posiciones a cómo dé lugar dentro de una organización, grupo o actividad, pero en este caso, su capacidad casi siempre está por debajo de los demás y por eso se abre camino realizando las más bajas acciones para escalar. Nuestro medio está lleno de trepadores, de personas que han alcanzado sus propósitos haciendo mil diabluras, aplicando “estrategias” non sanctas, poniendo zancadillas, malogrando el éxito de otros y elaborando maldades e ignominias. El trepador es maquinador, frío, callado, y ahí es que está el peligro, pues éste va a la caza de lo que quiere alcanzar como el guepardo, que pone su aerodinámico cuerpo al ras del suelo para atrapar a la indefensa gacela, sin ser visto o detectado.
Por último, está el mediocre. Es aquella persona que está a la defensiva siempre. No quiere a su lado a nadie que lo iguale y mucho menos que lo supere. Es esquivo y prefiere fracasar antes que permitir que otros aporten más que él. El mediocre, el individuo corriente, es aquella persona que no está segura de sí misma, de sus capacidades y que teme que venga otro a quitarle el puesto. Quiere a su lado a gente insignificante, poco preparada y desea ver muy lejos a quienes tienen talento. ¡Ay, de estos últimos hay muchos en nuestro medio! Y los hay presentadores, productores, comediantes, animadores, etcétera. Le huyen como el diablo a la cruz a aquellos individuos que pueden estar por encima de ellos, temen a las ideas, y prefieren hacerse el harakiri, antes que dejar que otros se les vayan por encima y se destaquen más que ellos.
Vamos a dar tres ejemplos en el arte popular de lo que significa no tener miedo y estar seguro de la capacidad y del talento que, al fin de cuenta, viene en el chip de cada quien.
1. Freddy Beras Goico. Freddy siempre se ha rodeado de lo mejor. No escatima esfuerzos para tener a su lado a excelentes humoristas y libretistas y nunca dejó de ser Freddy Beras Goico, el más completo de la televisión. Pero Freddy sabía que mientras mejores profesionales tenía a su lado, más se beneficiaba su programa, que era beneficiarse él mismo, pues era dueño de sus proyectos.
Caso 2. Aunque no terminó bien con algunos de ellos, en una homenaje que le hicieron hace algunos años en su país natal, Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, dijo algo más o menos como esto: “No podía fallar, pues me rodeé de lo mejor de México”. A los que hacia alusión eran Ramón Valdez, Carlos Villagrán, María Antonieta de las Nieves, Edgar Vivar, Rubén Aguirre, Florinda Mesa, entre otros. A ninguno Chespirito le tuvo miedo, sabía que su proyecto requería de buenos actores y no dejó que la mediocridad fuera más fuerte que el sentido común, que se necesita para todo en la vida.
El caso 3 es Wilfrido Vargas. Todos sabemos que Wilfrido no canta para nada, aunque hace el intento. Quizás conociendo sus limitaciones vocales desde el principio se rodeó de muy buenos cantantes y a la vez excelentes intérpretes del merengue. Tuvo algunos Adonis en su frente, voces potentes, buenos bailarines y ejecutantes, y Wilfrido fue y sigue siendo Wilfrido Vargas. No tuvo temor a que el talento de otros le corroyera el alma y sí permitió que muchos muchachos, con sueños y ansias de triunfar, llegaran muy lejos, tanto, que algunos hoy tienen su tienda aparte.
Hay que tener valor para reconocer cuando necesitamos del talento y el aporte de los demás en cualquier empresa que queramos llevar a cabo. Si usted está laborando en un lugar, no importa de cual actividad humana se trate, alégrese de que vengan a su entorno personas capacitadas, dotadas de las mejores aptitudes, pues van a suceder dos cosas: usted crecerá y va a aprender de ellas. Uno tiene que estar seguro de la capacidad y habilidades que posee, no importa que a quien tenga al lado sea al mismísimo William Shakespeare revivido, mientras apenas se es un pobre escritorcillo de cuartillas en el periódico local de de un pueblito perdido en este mundo inmenso.
ES UNA PERDIDA LAMENTABLE, DIOS DE RESIGNACION A SUS FAMILIARES EN ESTOS MOMENTOS TAN DIFICILES.
ResponderEliminarPamela Sued le serrucho el palo a Karina Larraurri en el programa con freddy y punto..de eso nadie se acuerda? YO SI!
ResponderEliminarY apartede Karina, es cierto que Pamela tambien le serrucho el palo a Mariel Guerrero?
ResponderEliminarSergio Carlo siempre ha tenido un fuerte complejo (muy serio) de querer acaparar la atención donde quiera que se encuentre. Ya su echa-vaineo tecnológico harta y llegó el Cubanito, el cubanito armó un revuelo y Sergio se quilló porque le quitó el estrellato (no porque quería serrucharle ningún palo), por cierto, dicen que Sergio no usa EL PALO de forma correcta. Oh My God
ResponderEliminarELONISIO