Como pueden ver, esta pareja no respeta lugares públicos, la hora, como tampoco la presencia de menores de edad en el lugar. En nombre del amor se entregan al "fuíkiti fuiíkiti", sin importarle nada. Con tantos callejones, patios y montecitos que aparecen, ellos prefieren hacerlo por la libre, en nombre de la libertad.
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Ya imagino la carita de relambia que tiene Roberto Salcedo riendose por dentro si ve un show asi en la capital. Fuikiti Fuickiti.
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