ENTRE MUSICOS TE VEAS
LOS PEORES ENEMIGOS DEL FRENTE
En la crónica de arte es usual que solo se le preste atención a los líderes de las orquestas.
Los cantantes son los que se llevan los elogios y los lauros mientras a los integrantes de las bandas se les trata con indiferencia y se les ignora.
Sin embargo, en los músicos de combos hay todo un compendio de anécdotas y de sabiduría popular que se hace necesario conocer si se quiere apreciar la idiosincrasia de un sector tan particular de la farándula dominicana.
Un detalle característico que todo el que está en un combo conoce es que los músicos suelen ser los peores “enemigos” de los cantantes y de los integrantes del frente de sus propias orquestas.
Hay que oir lo que dicen los músicos de los cantantes a los que tienen que acompañar musicalmente en los bailes.
Tienen señas particulares para comunicarse y burlarse cuando el cantante se equivoca.
Por ejemplo, con la boca cerrada se presionan hacia afuera con la lengua una mejilla para indicarle a los otros que el cantante “puso un huevo”.
Esto sin contar los comentarios y las expresiones satíricas en contra de los bonitillos del frente de la orquesta.
La mayoría de los cantantes y líderes de orquestas optan por ignorar y no hacer caso a “las cuerdas’ de los músicos porque lo asumen como algo característico.
El problema viene de que los cantantes son los que más “figurean”, tienen los privilegios, las fanáticas, reciben los premios, más dinero, andan en buenos carros, mientras músicos estelares, de amplios estudios, se mantienen detrás, en el anonimato.
Eso les lleva a desarrollar animadversión y una protesta silente en contra de quienes en el frente se lo ganan “dando brincos y haciendo musarañas”, según ellos.
No hay que olvidar las quejas de el fenecido trompetista Kilvio Fernández, quien acusaba a Wilfrido Vargas de “hacer mímicas” con su trompeta, mientras él en la parte de atrás era quien realmente daba las altas notas.
Y qué decir de la pieza “Teléfono a Larga Distancia’ donde dos trompetista hacen el juego clásico de responder pasajes desde diferentes extremos del salón?
Cuentan que el maestro Héctor de León se la puso difícil en una ocasión al líder de la orquesta con el cual debía hacer el juego de trompetas.
Cuando el líder arrancó con el famoso pasaje para que le respondieran, de León aprovechó para ejecutar una venganza y se fue del salón, dejando al hombre “soplando” solo..
Nada como viajar en el autobús de los músicos para conocer las interioridades de cualquier orquesta o el lado oculto de cualquier líder de combo.
Claro está desde un entramado alegre y divertido. Es decir, no a manera de conspiración, sino como un vacilón.
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJ.. esta si que no me la sabia. como me encantaria un viajecito a constanza en una chercha como esa. jajajajaja, muy buena, muy buena.
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