EL MUNDO SURREALISTA DE
MERENGALA
Por Orlando Holguin
Esa mañana se levantó un tanto nervioso. Era domingo. Fue una semana tortuosa, pero el viernes había cobrado. Disponía de su sueldo a su antojo, pues a sus 28 años era soltero. Eran las 8:30. Estaba pletórico de alegría entremezclada con malicia. ¿La razón?: ese día saldría con Carla, un monumento de unos 5 pies 11 pulgadas. Era su mejor plato en un año. En materia de conquistas, él no era un Luis Miguel, pero se había topado con buenos especímenes. Carla se movía en un ambiente entre lo subrepticio y lo pomposo.
Él era testigo de los fastuosos vehículos que iban y venían y que no eran tan comunes en el Ensanche Ozama. El sábado fue a una tienda y compró una preciosa camisa. En Acrópolis adquirió un pour homme de Yves Saint Laurent. También fue a la peluquería, allí se cortó el pelo y se arregló las uñas, pero sólo eso, pues decía que los hombres machos de verdad no escalan los peldaños de la belleza que son propios de las mujeres. Nunca la vio como un imposible, a pesar de estar en desventaja frente a la competencia, pues su Honda Civic del 2001 jamás podría compararse con los Mercedes, BMW, Jaguar, Mustang, Audi y Lexus que se detenían frente a la coquetica fachada de la vivienda de dos pisos. El último vehículo que vio fue un Porsche Panamera 2011, el cual, le hizo exclamar: “¡Coño, qué maquina!”.
Los vehículos entraban por la calle de manera sigilosa. Sólo él sabía que eran lobos en búsqueda de la misma Caperucita. Por la ubicación de su “rinconcito”, como él llamaba a su modesto apartamentito, la observaba descender por las estrechas escaleras de hierro al estilo caracol. Se maravillaba de cómo esta especie de Sasquash, de Pie Grande femenino, bajaba los peldaños con sus altos tacones de manera tan rápida, sin irse de bruces, sin ni siquiera dar un traspié. “Un día se va a partir el alma”, exclamaba él para sus adentros.
El momento había llegado. Sentía el cosquilleo en el que a veces se oculta el miedo. Le preocupaba el hecho de que Carla había depositado su perfecto trasero en las más costosas pieles de las más caras y lujosas marcas de vehículos. ¿Se decepcionaría al ponerlo en los asientos un tanto corroídos de su modesto automóvil? Pero no había vuelta atrás. La suerte estaba echada.
Pasó a recogerla. Por una cuestión de orgullo, no quiso parar justo donde había visto el destello de los más onerosos automóviles que recorren esta capital llena de desigualdadessociales. Sus manos sudaban aferradas al volante. Sintió un sacudión cuando volteó y la vio bajar las escaleras con su estilo único, sólo que en esta ocasión era él el lobo feroz que la esperaba debajo. Estaba más preciosa que nunca. Unos pantalones pescadores color fucsia, que hacían lucir sus piernas como si quisieran estallar y hacer tiras la pieza; una blusa color marrón claro, ajustada al cuerpo, la cual le daba aspecto de ninfa; cabello al viento; una cartera de tamaño considerable, y por supuesto, su acostumbrado y provocativo maquillaje. Cuando ella subió, el vehículo fue invadido por una mezcolanza de fragancias. El perfume de él pasó a ser un Roccoco, un Old Spice, un Agua Brava (de ése que arrasó en los 80’s). Sencillamente, el ambiente se cubrió de pura esencia femenina, de hembra exquisita, apetecible, deseable desde la punta de los cabellos hasta la punta de los pies.
-¿Hacía dónde?- dijo él, tratando de dar muestras de seguridad, mientras ponía el vehículo en marcha y la miraba de soslayo, y era que, ella, en confabulación con el momento, lo hacía lucir algo inseguro.
-Tú tienes el guía-, dijo ella, con esa voz que sólo tienen las mujeres seguras de sí mismas, las que te desafían, las que te empequeñecen si tú no tienes calle, si no tienes el pellejo marcado por las cicatrices del ir y venir por los mundos en que se segmenta la a veces azarosa vida. La frase bastó para que se envalentonara. Tomó una decisión. Cuando una hembra como ella te dice: tú tienes el guía”, te indica que “para donde quieras”, que “tú decides”, que “tú eres el hombre”. Ay de aquel que no entienda el lenguaje figurado de las mujeres, que no sepa descifrar el mensaje que por lo bajo casi siempre tiene el aparente verbo sin disfraces de una damisela.
“En San Isidro hay más variedad”, pensó para sus adentros. Iba a hacerlo como el hombre práctico que era: todo en un solo lugar. Eran las 10:30 de la mañana. Iban en silencio, no había mucho qué hablar, como sucede entre dos adultos a quienes en su mente sólo les bulle una sola frase: “vamos a lo que vinimos”. Llegaron. Él eligió la mejor, la que ameritaba la ocasión. Una vez dentro, el juego no esperaba por fanáticos, ni por ceremonias, ni discursos. Por lo tanto, de inmediato iba a empezar la acción.
A los pocos minutos de haber iniciado, todo iba muy bien, hasta que él sintió unos nuditos en los cabellos de ella. A Cada momento, Carla sentía que las manos de él se retiraban, como resentidas. Cuando el libertinaje que provoca la intimidad había encendido la mecha de la lujuria, Carla retiró abruptamente su mano derecha. El pensó que la había lastimado, pero se trataba de una uña que se le había despegado. Cuando tenían diez minutos en el ring, ya Carla tenía problemas con tres uñas, incluyendo la del dedo gordo del pie izquierdo. Antes de que él comenzara a explorar su cuerpo, ella, en un movimiento magistral, de debajo de la blusa retiró una faja, de esas que pasan casi desapercibidas. Pero el íntimo espacio se iba e llenar de un halo de decepciones consecutivas, pues faltaba aún mucho más.
Al quedar ella en un pequeñísimo panty, el pudo notar que el trasero no era original, sino que a leguas se notaba que había sido tratado con algún químico o cirugía. Cuando tocó sus senos, estaban tan duros que tenía temor de desinflarlos: eran puro silicón, pero quien los trató podría ser cirujano, pero no un artista de la estética corporal. Estaba perplejo, pues, de la hembra que era Carla, su suculenta vecina, quedaba “Carlita”, una extraña figura con los senos inflados, unas nalgas desproporcionadas para su cuerpo y con algo de carne colgando entre estomago, bajo vientre, cintura y cadera. En fin, el cuadro que tenía en frente, no era la de aquella figura que él veía bajar, y que provocaba que casi de manera inconsciente humedeciera sus labios, al pasar por ellos su lengua con marcada lascivia y “malas” intenciones.
Era sábado por la tarde. Vislumbró un llamativo Maserati sedan. Por primera vez vio a alguien bajarse de un auto frente a las escaleras al estilo caracol. Lo que observó lo explicaba todo y daba testimonio una vez más de que una imagen habla por mil palabras. Debía tener unos 75 años. Era de esos ancianos que a duras penas quizás pudieran disparar el cartucho una vez al mes, y para quienes Carla venía siendo una Megan Fox. En sus labios se dibujó una sonrisa. No se arrepentiría nunca de haber hecho lo que hizo aquel domingo, dos meses atrás, cuando salió de la habitación de la cabaña, subió al vehículo y con un tono de decepción que parecía zaherir las paredes, dijo: “Vámonos”. No fue una invitación, fue una sentencia. Volvió a sonreír y mentalmente hizo un inventario.
De Carla no eran las uñas, las cejas, las pestañas, las nalgas, los senos, los cabellos, ni el color de sus ojos verde esmeralda, el tono era producto de unos lentes de contactos sin aumento. Tampoco eran originales sus labios, ni su nariz, ni su mentón, ni sus pómulos, ni la frente, ni sus piernas. Ese día supo porque siempre llevaba puestos pantalones pescadores ajustadísimo. Estos le permitían acolchar sus piernas. Volvió a mirar al anciano, uno más que no podía delimitar su territorio, pues Carla era de todos y no era de ninguno. Para esos abuelitos ella debía ser una gran conquista, para él, era una especie de maniquí mal remendado, que de cerca, más que placer, le produjo repugnancia. Definitivamente, Roque prefería lo natural por encima de lo artificial.
Orlando tu estas contando una experiencia vivida y carla de seguro esa carlos.
ResponderEliminarSincerisate con nosotros que por lo menos una ves en la vida creemos que nos equivocamos, suerte para la prosima hermano.
Con este post y sin el, los hombres que solo vean lo que consideran belleza fisica, sin complementarla con belleza espiritual, seguira pasandole lo mismo...O SI USTED CONSIDERA QUE ESTA TAN BUENO PARA EXIGIR QUE NO HAYAN CHICHITOS, QUE LOS SENOS NO ESTEN ERECTOS COMO SI ACABARAN DE NACER, BUENA ROPA, PELO LARGO Y RECIEN LAVADO ETC ETC PARA SATISFACER SU APETITO SEXUAL CON UNA MUJER QUE SOLO LA QUIERE PARA IR A UN MOTEL ENTONCES DEBERIA PAGAR CONSIDERO YO.
ResponderEliminarNadie ha tumbado de mi mente la imagen que tengo del hombre colombiano, que por estar en una cultura superior a la nuestra, muchos ya saben que hay y de donde viene todo esto... detestando lo artificial.
Tuve un novio colombiano el mejor amante sobre la tierra y me mato con cualquiera defendiendolo por ser amoroso, discreto, atento, pausado, tigre, educado, un hombre que con detallitos hasta de un mensaje pone a uno a volar y de eso se olvidan muchos, una persona que te podias pasar hasta una semana o 15 dias sin verlo y siempre lo deseabas.....no niego que como lo son todos los dominicanos sea un mujeriego pero ojos que no ven corazon que no siente...al final tuve que dejarlo por razones que no vienen al caso y en contra de la voluntad de ambos.
L A (Aburria La Original que solo hace comentarios en MERENGALA)
"LA BELLEZA QUE ATRAE ESTA MUY LEJOS DE LA BELLEZA QUE ENAMORA"
ResponderEliminarJOSE ORTEGA Y GASET.
JAJAJAJA. ROBERTO, ME HICISTE REÍR CON TU COMENTARIO. NO CREO QUE ME VAYA A PASAR UNA COSA COMO ESA QUE DICES, PUES NO ANDO EN ESOS MUNDOS DONDE TÚ NO SABES SI JUAN ES JUANA O SI JUANA ES JUAN, CLARO CUALQUIER COSA LE PUEDE PASAR A UNO. LO QUE SÍ TE DIGO HERMANO, QUE ES MUY DIFÍCIL QUE A MI EDAD NO SEPA DISTINGUIR LOS RASGOS FÍSICOS PROPIOS DE UNA MUJER. MIENTRAS TANTO, ME ALEGRA QUE HAYAS COMENTADO SOBRE ESTE ARTÍCULO. Y ESTO QUE LE PASÓ A ROQUE A CUALQUIERA LE PUEDE PASAR.
ResponderEliminarO. H.
SI HE AGARRADO UNAS NALGAS CON SILICONA NO ME DE DADO CUENTA ME GUSTA QUE LA MUJERE SE ARREGLEN Y SE VEAN BIEN NO ME IMPORTA SI ES POSTISO O TIENE LOS MONOS PUESTO.
ResponderEliminarORLANDO a mi me pasó algo perecido por llevarme de unos jeans jugosos de esos que cuando lo vemos nos deja como el lobo feroz, dinos la verdad que nosotros cuando observamos eso en la nigth nos ponemos chevere y que quedamos ciego.Abrá que hacer un curso de control de calidad ISO 3000.
ResponderEliminarGracias a ti por este articulo tan interesante.
BUONA FORTUNA FRATELLO
HOLGUIN, este si esta bueno, uuuhh deja ver a quien me suena, ya se al toro loco, perdon, toro macho... CARLA ES IDENTICA A LA QUE LE GUSTAN A EL, POR ESO YO ESTOY BENDIENDO MI CASA, PARA HACER 27 CIRUGIA, ponerme igual a la materialista, con pelo rubio y todo, aunque todavia no se como hare con el cabello,el mio es tipo chino, y no lo puedo derizar,creo que usare peluca,igual a carla. a ver si el toro me hace caso. tu que me aconseja, por donde EMPIEZO. mira que si no consigo este ejemplar masculino, caere en una profunda depresion, que ni volviendome megadiva,y levantandome un politico, me salvo. AYUDAME POR FAVOR HOLGUIN, AYUDAAAAAMEEEEE.
ResponderEliminarExcelente hermano... exitos!!
ResponderEliminarBueno Gis me prendiste el bombillo y ahora la que quiere ese TORO soy yo...diferente a ti tengo mi peluca guardada, me desrizo, compro un tinte y ya, unas uñas donde los chinos, unos pescadores con licra abajo, una faja, un brasier de varilla que me ponga las lolas como un tirapiedra...
ResponderEliminarQuiero saber cuanto es que tengo que buscar prestado para operarme, debe ser algun millon y medio porque quiero hacerme entera HOLGUIN DALE AYUDANOSS!!!
USTEDES VEN PORQUE TODOS MIS AMIGOS, SON HOMBRE,LAS MUJERES SOMOS MUY ENVIDIOSA, AHORA VIENE LA ABURRIA A QUERER QUITARME AL TORO, pero preparate ex-amiga que esta pelea sera a muerte,vengo con todo, unas cejas,nalgas,tetas,protesis,pelucas,y un chin mas,PORQUE A ESTE HOMBRES,TAN CONOCEDOR DE LA BELLEZA FEMENINA, TAN CULTO, TAN RESPETUOSO,ESTUDIADO,HOMBRE DE MUNDO,CASI CASI DE LA REALEZA, YO LO VI PRIMERO. Y SOLO MUERTA ME LO QUITA, como diria jack veneno, esta lucha sera, A TRES CAIDAS, SIN LIMITE DE TIEMPO, Y SIN EMPATE. y que gane la mejor CHICHORIZO.....///JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA.//////
ResponderEliminarUSTEDES VEN PORQUE TODOS MIS AMIGOS, SON HOMBRE,LAS MUJERES SOMOS MUY ENVIDIOSA, AHORA VIENE LA ABURRIA A QUERER QUITARME AL TORO, pero preparate ex-amiga que esta pelea sera a muerte,vengo con todo, unas cejas,nalgas,tetas,protesis,pelucas,y un chin mas,PORQUE A ESTE HOMBRES,TAN CONOCEDOR DE LA BELLEZA FEMENINA, TAN CULTO, TAN RESPETUOSO,ESTUDIADO,HOMBRE DE MUNDO,CASI CASI DE LA REALEZA, YO LO VI PRIMERO. Y SOLO MUERTA ME LO QUITA, como diria jack veneno, esta lucha sera, A TRES CAIDAS, SIN LIMITE DE TIEMPO, Y SIN EMPATE. y que gane la mejor CHICHORIZO.....///JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA.//////
ResponderEliminarLas mujeres que están buenas son las mujeres del pueblo, yo prefiero los senos que quieren jugar con el ombligo, a los senos que te quieren pinchar un ojo.
ResponderEliminarLo natural es mejor. Siempre he tenido preferencia por las mujeres naturales, porque las menorcitas y las operadas son problemas en dos piernas. Es que son mucho más caras de la cuenta, y al final, hacen lo mismo.
AL FINAL VIPECA, eso es solo un espejismo. y en algo no estamos de acuerdo,las mujeres naturales del pueblo no hacemos lo mismo,SOMOS MUCHISIMOS MEJORES. porque brindamos lo que somos,la esencias de ser mujer en todo el sentido de las palabras, NO SOMOS FLOREROS DECORATIVOS.
ResponderEliminarpues yo soy una vieja con el balcon caido, sin patio ni columnas (nunca tuve "atrativos" y ya "pa'que") pero la envidia no me impide reconocer que ES PREFERIBLE HACER LO MISMO CON LA DE LA FOTO que con mi version de hace 30 años; solo encuentro que el "usuario" es demasiado exigente
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