LUCHA LIBRE

O TREMENDO ESPECTACULO

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Por Orlando Holguín

HULK

En la década del  70 y a principios de los 80’s, cuando aún la televisión por cable no había llegado, muchos disfrutábamos de la lucha libre, creyendo a  la vez que era un show para “engañar” a los tontos dominicanos. Cuando pudimos ver el espectáculo que montan los gringos, no dimos cuenta que el  de aquí se quedaba corto. La lucha libre antes era más violenta, más ruda, hasta que algunos al parecer se dieron cuenta del potencial que tenía si a esa rudeza (hoy es menos) se le daba carácter de espectáculo total, y eso fue lo que hicieron los estrategas, realizar un montaje casi artístico, salpicado de acrobacias, golpes y actuación.  

La lucha libre es deporte, se práctica y perfecciona, pero es un entretenimiento donde se toma en cuenta el más mínimo detalle mercadológico.  Ya no nos sentimos culpables de saber que nuestra lucha libre era una especie de relajo. La culpabilidad se debía a que la seguíamos, aun sabiendo que era un show. Pero, al ver lo que pasa en Estados Unidos con este deporte, muchos pensamos que Jack Veneno, Relámpago Hernández, El Puma, Los Broncos, Vampiro Cao, El Taira, El Príncipe Sabú, entre otros, no nos tomaron el pelo  por completo.

La WWE, World Wrestling Entertainment, antigua WWF (el nombre fue cambiado porque una institución ligada al medioambiente reclamó las siglas) es una empresa cuyo dueño se ríe con las muelas de atrás, pues tiene seis empresas más ligadas al mundo del entretenimiento, pero con las mismas siglas WWE.

JACK VENENO

Pero no todo es tan bonito, porque se trate de una chercha,  pues hay algo que está claro: los tipos se dan sus “fundazos”. Hace unos días, Hulk Hogan, cuyo verdadero nombre es Terrence Gene Bollea, “Terry”, estuvo en un hospital con problemas en la espalda. Claro, por todos los golpes y “estrallones” que recibió, y es que este deporte va dejando una secuela de daños físicos y  emocionales, como veremos en la segunda entrega de este artículo escrito para Merengala.

Consideramos que la lucha libre debería ser parte de la farándula, ya que es más espectáculo que deporte. Ahora bien, sucede que no todo el mundo puede subirse a un ring a hacer todo lo que esos monstruos humanos hacen, so pena de parar en el hospital, o desnucado para el cementerio. Nadie puede negar que es un show, pero de los mejores montados. Una combinación de arriesgadas acrobacias (propias del Circo del Sol), sonidos,  luces y pirotecnia, pero donde no se escapa un solo detalle. 

Los luchadores, además de ser fuertes, tener destreza y coger “funda”, “piña” y “yaguazos”, son unos tremendos actores, a los que algunos de Hollywood deberían cargarles la maleta. Es bueno señalar que hasta el dueño de la WWE, Vince McMahon (tremendo estratega), se sube al ring, coge patadas por las nalgas, galletas, pescozones, un “tapa boca”, y para que vean que es una empresa de familia, su hijo Shane McMhon también tiene que subir a luchar por el negocio y coger sus “estrallones”, y poder así justificar el heredar la fortuna de papá McMahon, que anda por los 700 milloncitos de los que traen a Washington.