Mucha gente solo piensa en los lugares tradicionales para vacacionar o ir de fin de semana. Se pierden del encanto de un paraíso practicamente escondido como el de Boca de Yuma, de aguas refrescantes y una playita limpia que es una delicia. Nada mejor que "arrellanarse" con un pescado fresco, gigante, frito, de esos que hay que voltearlos para "darles de lado y lado", acompañado de unos tostones o una yuca que le dicen "chivirica" porque "se abre" desde que la echan al agua hirviendo. No se olviden de un aguacate criollo, no injerto, porque no saben a nada. De todo eso se puede disfrutar en este país, ya sea domingo o un día cualquiera, alejado uno del mundanal ruido de la capital.
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