EL MERENGUE

DEFINITIVAMENTE, TAMBO!

Ya estamos en el décimo mes del año, y el panorama de la música sigue pintando bien feo con relación al merengue, en su expresión tradicional.

Ya han transcurrido varios años en la misma situación, y para los que llevan anotaciones, el último merengue en esa vertiente que se pegó fue “EL Perro Ajeno” con letras de Ramón Orlando.

Saben qué tiempo hace de eso?. Cinco años...

Todos estos años en el Casandra se ha estado premiando al Merengue del Año, pero se han escogido porque tienen letras bonitas, han sonado relativamente en la radio, pero lo que se llama verdadera “pegada” ninguno la ha tenido.

El perro de Rubby parece que se robó la carne del merengue con todo y hueso. Ni siquiera el mismo Rubby ha podido comer con grasa nuevamente, aunque ha hecho trabajos muy bonitos.

Parece mentira pero los únicos merengues pegados en este año son las fusiones de los boricuas Tony Dize, Rakin and; Ken-Y, y los venezolanos Chino y Nacho. Ya eso lo hemos dicho.

Lo que sigue preocupando es el merengue tradicional. Se lanzan temas, pero no hay  forma de lograr un éxito.

En ese sentido este año concluye para el merengue con un balance fatídico, con el agravante de que la estrepitosa caída del género, ha arrastrado a los salseros, como para no irse solo.

La producción de Michel y Sexappeal no es la de otros años. Hasta la rivalidad entre ellos se fue a pique.

Ahora los intérpretes están en cristianismo....El Mayimbe, El Jeffrey, Sexappeal  y otros  expiando sus culpas con sus canciones cristianas.

Juan Luis, Jossie Esteban y Ramón Orlando hace tiempo que están en eso. No es que
esté mal, pero el de la religión no es una tema para pelear y comercializar, aunque algunos de estos nuevos cristianos hay que entender que no son tales, pues se mantienen "a Dios rogando, y con el mazo dando". Le predican al señor, pero por detrás hacen negocios y se arreglan hasta con el diablo.

Díganme ustedes si con ese panorama hay esperanza de que la situación pueda cambiar?

Pienso que definitivamente, tambó!.