Joseph Cáceres

De “altita”, “altitimo” y estrategias

Por Orlando Holguín

RAFELY

Rafely Rosario se quejaba amargamente de la pela que está cogiendo y su padre luego habló de relevos en el merengue. Pero a los relevos de este ritmo se les va a hacer difícil sustituir a los pitchers que están lanzando en la lomita del arte popular desde la década de 1980, pues el merengue tradicional está en cama desde hace mucho tiempo, mientras los fanáticos están ahítos y aburridos del mismo juego: televisión, fiestecitas en el malecón y presentación en una que otra discoteca.  

Después al revés, pero lo mismo. Ustedes recordarán aquel artículo titulado “Hijo de gato caza ratón, pero…. En él hablamos de que los hijos de los artistas no siempre heredan los dones de sus progenitores y mencionamos varios casos, entre ellos el de Rafely, al cual le advertíamos de la pela que le faltaba por coger, y sus  recientes declaraciones nos dan la razón.

La profundidad en el análisis del mercadeo artístico, se lo dejamos a los expertos (Joseph, Cholo Brenes y otros), pero la realidad es que los que quieren llegar y permanecer tienen un panorama un tanto sombrío, pues si bien es cierto que unos pocos improvisados la han pegado, no es menos cierto que hoy día se necesita de puro mercadeo para pegar y vender a un artista, y es de la herramienta que carecen muchas figuras y sus manejadores.

No se trata de que, voy a ponerme unos lentes, me voy a raspar la cabeza, me hago un circulito en el centro, desde donde sobresalga un pelo que caiga hacia adelante, y ya con eso logro la atención y me pego. Esto, además de la calidad del artista, se define con una sola palabra, y la vamos repetir tres veces y en mayúscula: ESTRATEGIAS, ESTRATEGIAS, ESTRATEGIAS. Pero buenas y efectivas, pues el mercado es una guerra constante y el que no sepa de estrategias y tácticas está frito.

TONY DIZE

CHINO Y NACHO

Mientras los llamados “mamberos” del patio todavía están en la etapa de tirarse puyas en las canciones, recurso que dio muy buenos resultados en el pasado reciente, los exponentes boricuas y panameños (y ya hasta los venezolanos) han enderezado sus letras. Ya no son los “matatanes” del barrio, ni los que tiran tiros y se llevan a la mami a la fuerza, con letras como “Soy el león de esta comarca, y mi pistola no tiene marca, yo te disparo y no al cerebro conmigo brother, tú ‘ta en el suelo”. (Esas letras nos las inventamos nosotros).

VAKERO

Ven, no es tan difícil crear esas vainas, y si alguien me dice que eso es componer, entonces Manuel Alejandro,  Joan Manuel Serrat, Camilo Sesto, Juan Gabriel y Danny Daniel, deberían suicidarse. Los exponentes de ahora (del reggaeton) han reorientado las letras de sus canciones, ya no son para la mamasota del barrio, ni para la “rompecamas”, o para la loca o la “chivirica” a las que se les cantaba en los 90 y hasta mediados del 2000, sino que son letras más sublimes, con un mensaje romántico más depurado, para llegar a la mujer normal, a la que ama, a la que se enamora, que piensa, no son para llegar a la que “perrea” con cuatro tragos y dos alas de mime en la cabeza. (Ejemplos: El Doctorado, Mi niña bonita, El amor; de Tony Dize, Chino y Nacho y Tito El Bambino, respectivamente).

Por otro lado, ya casi usted  no escucha a los reggaetoneros más pegados con apodos extraños o estrafalarios, con slogans baratos o con frases huecas. Esa era la época de Tego Calderón y otros que aportaron, pero que ya han mermado. Y que conste, ya no es sólo el merengue. El próximo objetivo (o el actual) es la bachata, y si se dan cuenta, en casi todas las producciones de los que están en su momento hay un tema de bachata incluido, sobre todo después del palo de “Colgando en tus Manos”, de Carlos Baute y Martha Sánchez, el cual ha resucitado a ésta última, dejando de mencionar a otros que han incursionado en el género dominicano, gracias al éxito, primero de Juan Luis Guerra, y luego de Aventura.

Los mamberos y reggeatoneros de aquí quieren seguir rindiendo culto a que son los matatanes del barrio, hablando en sus canciones de que ellos dominan a las chicas, sino de tragos y de tipos de bebidas, cuando no, del golpe del perro, de ponerla en cuatro y de cuantas pendejadas se les ocurre, creyendo que los temas como “Pepe” se pegan todos los días, o que van a aparecer muchas Shakiras que se interesen por letras populares e insulsas.

Ellos (los foráneos) siguen sacando ventajas de nuestra música y lo pudimos ver en un video de una de las tantas actividades donde se dan cita las estrellas latinas. Ella salió, elegante, imponente, llena de gracia y con el escenario jubiloso y rendido a sus pies. Era Olga Tañón, pero esta vez no subió a interpretar un merengue  al estilo Milly (griticos incluidos), sino una tremenda bachata, con buen arreglo y bailarines profesionales en el pomposo escenario.

Inmediatamente pensamos que así como ella, vendrán muchos otros que se volverán millonarios en dólares, con nuestros ritmos, con nuestra música, mientras aquí estos nuevos “artistoides” y managers de ventorrillo siguen comiendo cáscaras de plátano y hablando “pluma ‘e  burro”