jueves, 28 de octubre de 2010



Leyendo a Ramón Aníbal Ramos recordé la época de los privilegios que tenían los periodistas acreditados por la Policía de Nueva York en los años sesenta y ochenta.
Te podías parquear en areas prohibidas, pues en la placa de tu vehículo había una identificación que te lo permitía.
Hasta en vía contraria podías penetrar, en el entendido de que un periodista en el desempeño de sus funciones tenía prioridades en la labor de conseguir la información.
Todas esas facilidades fueron poco a poco  desapareciendo, debido al abuso y a la inconsecuencia de algunos comunicadores, pero todavía quedan algunas. Todavía, empero, quedan algunas.
Ramón Aníbal cuenta en su página que fue a renovar su carnet y su placa de periodista a la Policía, y que allí se enteró de que hicieron una limpieza y retiraron más de 2 mil ID que estaban en poder de personas que no laboraban en medios de comunicación.
Aquí en el país lo mejor es que no exista ese tipo de carnet ni de placa especiales para los periodistas, porque pueden estar seguros  de que la misma policía se vería en problemas con la cantidad de gente que usurparía funciones periodísticas  para cometer actos delictivos.
Por lo general muchos de los vehículos que circulan con letreros de prensa son ocupados por farsantes.
Sólos las camionetas y furgonetas pintadas por completo con los símbolos y nombres de periódicos, canales de televisión y emisoras de radio pueden ser propiamente asumidos como trransportes de prensa.
Los demás que andan con el letrerito en el cristal que dice “prensa” son “enganchados” que pretenden engañar a la policía, conseguir pases y parqueos.
Pero se han “quemado” tanto en el uso de ese recurso de manera fraudulenta que en vez de beneficiarse se perjudican.
La policía detecta en ellos de inmediato un “perfil sospechoso” y los investiga. Y qué bueno que así sea, a ver si de una vez por todas se acaba el relajo.
En mi caso particular, dondequiera que voy, lo menos que quisieran es que la gente sepa que soy periodista, aunque ya es una misión imposible.
Otros lo esgrimen en todas partes...gran vaina!
Se ha relajado tanto la profesión.. con el perdón de los "periodita"

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NIURKA BAEZ,
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