miércoles, 24 de noviembre de 2010

El cuco en su primera etapa como orquesta, creía que se la estaba "comiendo" con esa pose...
LA EPOCA DE LA IMAGEN SALVAJE
En el pasado  los recursos con que manejaban los artistas eran muy diferentes a los de ahora.
No existían los rigores ni el esteticismo de estos tiempos por la imagen, y el artista popular lucía tal cual era, como lo pueden ver en esta  desastrosa carátula de un álbum de Cuco Valoy y sus Virtuosos, para su propio sello Discolor Records.
O sea, ni siquiera fue una carátula que una casa disquera cualquiera le mandó a hacer, sino que él mismo se hizo como si fuera de “la maldad” para hacerse daño.
En ella puede ver a Cuco en su expresión más rústica, en la que  ni siquiera se preocuparon por pasarle una mota con polvo para matarle el brillo de la cara , ni por variarle el  aspecto de bracero picador de caña que proyecta la foto.
La expresión ni se diga, pues con  la mirada parece más bien querer infundir pánico en una película de terror.
La diferencia es clara...
No vamos a hablar de la camisa, porque a estas altura todos deben ya saber que seguramente era la misma con la que estaba trabajando ese día en las inmediaciones de la Duarte con París donde tenía su tienda de discos Casa Alegre, especializada en son, porque no se debe olvidar que antes de salsero y merenguero Cuco fue sonero, integrante del Duo Los Ahijados.
En un patio también de la Paris tenía su emisora Radio Tropical, donde Cuco fungía como locutor musical, identificado  como El Zuki Zuki Sabrosón.
En el 1975 emergió con su orquesta Los Virtuosos, época a la que corresponde el disco de ilustración.
Esa situación de descuido vale decir que fue abandonada a partir de que Cuco varió el concepto de su orquesta y se convirtió en La Tribu, dándole prioridad al merengue.
En el ambiente predominaba un negrito que decía ser “casi lindo” que era Johnny Ventura, y Cuco se vio obligado “ a ponerse las pilas” y a dejar de lado su estilo “wild” y salvaje.
Cuco comprendió la necesidad de darle una "lavadita" a su imagen  y así lo hizo, como pueden ver en la foto del sombrero. Adquirió otro “swing”, pues ya su dimensión no era la de un grupo sonero de arrabal,  sino que su popularidad le obligan a satisfacer y a cumplir con otras exigencias del mercado, como era la de tocar en los exigentes clubes sociales de la época.
El Show del Mediodía lo asumió y le dio una gran proyección, bajo la producción y conduccíon de Yaqui Núñez, que lo identificaba como “su hermano negro”.
Así  apareció en escena un Cuco Valoy “pepillito” y “chulámbrico”, que solo recurría a su imagen rústica cuando tenía que caracterizar a un brujo en la interpretación del tema del mismo nombre.
El “montarse” en la televisión era parte de un “show”, no de la imagen de mercadeo que adquirio para la exposición diaria.

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