Joseph Cáceres

 

Las Misses, belleza e ignorancia

Por Orlando Holguín

Alicia Machado ha querido arreglarlo, pero cada vez que habla mete la pata más hondo. Un poquito de historia. Recuerdo que, hace algunos años,  trabajando en un programa de televisión, fueron las chicas que participarían en Miss República Dominicana y  los comediantes bromeamos mucho con ellas, a pesar de la mala cara de la jefa que les acompañaba, quien no estuvo de acuerdo con el relajito. Luego me sorprendí cuando vi la que ganó, pues no era la misma que vimos aquella noche en que ya se sabía que era la que tenía más posibilidades.

A partir de los años 90, la gente comenzó a notar que las reinas de belleza ya no se preparaban sólo para parecer inteligentes, sino para lucir excesivamente bellas. El público comenzó a decir: “así sí es bueno”., frase que ahora sería “más bueno que así”,  la cual tiene pegada Gerald Encarnación en El Mismo Golpe de Jochy Santos.

Fue así como nos dimos cuenta que los venezolanos eran expertos en eso de fabricar y preparar a sus reinas. Los demás países copiaron la estrategia, y conjuntamente con los avances de la ciencia médica en cuanto a la estética, hoy día es difícil ver a una reina de belleza que no se haya arreglado o corregido las tetas, las nalgas, las piernas, los pómulos, las mejillas, las orejas, la frente, las encías, los dientes, los labios, los parpados y un etcétera que va de la capital a Santiago.

Los concursos de belleza actualmente son parte importante de la industria del modelaje, sólo que allí no se trata de mujeres esqueléticas y a veces hasta feas, sino de chicas que sufren cambios muy drásticos, tantos, que hasta a sus  madres quizás se les hace difícil reconocer a sus hijas luego del “trabajito”.

ALICIA MACHADO

El negocio ha cambiado mucho, y no es para menos, pues en el más importante de los concursos de por medio está Donald Trump, un tipo muy vivo y al que le gustan tantos los cuartos, que de milagro no ha pedido que en vez de Washington sea él quien aparezca en el dólar. A Donald le gusta tanto el poder, que ahora quiere ser presidente de su país, y si los gringos no tuvieron suficiente con Ronald Reagan y con George Bush, padre e hijo, son capaces de sentarlo en la Casa Blanca. Si Trump ganara la presidencia,  tendría, claro está, que dejar el concurso, de lo contrario, sería capaz de tratar de llenar la Casa  Blanca de misses becarias.

Sigamos con las reinas. No obstante todo lo que se hace para transformar a las participantes de los concursos de belleza, no se han podido evitar las soberanas metidas de patas que han dado algunas candidatas de diferentes países, dando respuestas increíbles a preguntas realizadas.    

En vista de que ya ninguna reina gana con su belleza de fábrica, sino que a todas les dan machete gillette, debería alguien inventarse un concurso bien original, con mujeres normales, sin bisturí. De todas ellas, sacar a una ganadora, una primera finalista y una segunda, pero también elegir a otras, de acuerdo a sus dotes naturales y a sus “encantos” y darles un premio especial. De seguro que, al saber que son mujeres normales, todos aceptaríamos de buen grado el concurso y a las ganadoras.

De allí podrían elegir a las siguientes Misses.

Miss Nariz, una tipa con una nariz monumental, pelitos incluidos.

Mis Sonrisa, sería la tipa más “dientúa” de todas y quien sabe si con un “andana”.

Mis Canillas, una tipa con dos canillas tan famélicas, que si les sacaran punta, mataran a cualquier persona con ellas.

Mis Cabellos Originales, una tipa con unos cabellos más duro que alambres de púas, retorcidos, sin alisados ni trucos.

Miss Chemba, una tipa con los “bembazos” bien  pronunciados, y delante de la cual a Lidio Cadet le llamen “Boquita”. (Boquita se le llama a la persona que tiene pocos labios).

Miss Tetona, como no hay arreglos de senos, se le da este premio a la más tetona de todas.

Miss Barrigona, sería la que tenga la barriguita más indecente, ya sea de comer arroz o de bajar cerveza combinadas con chimichurris (en el caso de una dominicana).

Miss Embudo: Sería la tipa ancha de espalda y estrecha de…eso mismo.

Miss Hormona, a la tipa llena de pelos en los brazos, casi con un bigotico, pelos en la barbilla, las cejas bien pobladas y las piernas sin depilar.

Para concluir, la respuesta y el mensaje de Alicia Machado parecería decir: “No me jodan, que esos concursos hoy día no son para chicas genios, sino para maniquíes preparados en un quirófano,  los cuales sólo deben decir qué harían por el mundo, por la niñez, por el medio ambiente y contestar cuantas pendejadas se les ocurra a los jueces preguntar”.