RECHAZAR LA HOMOSEXUALIDAD

No es homofobia

 

Por Orlando Holguín

Ortlando Holguín

Inmediatamente una persona hace algunos planteamientos de rechazo con relación a la homosexualidad, la califican de homofóbica. Se define homofobia como “aversión, odio, prejuicio o discriminación contra hombres o mujeres homosexuales, aunque también se incluye a las demás personas que integran la diversidad sexual, como es el caso de lo bisexuales o transexuales”.

Por nuestro artículo sobre Riky Martin y su libro “Yo”, algunos de los lectores que le dan sabor a Merengala con sus comentarios, nos calificaron como homofóbico, mientras la mayoría nos dio la razón acerca de lo que allí planteamos.

Queremos demostrar que lo nuestro no es homofobia, ni  un rechazo tajante contra el homosexual como ser humano, y para ello debemos hablar de nosotros. Nuestro primer personaje en la televisión fue “Jaime”, junto a Cheddy García, Miguel Céspedes, y Frank Suero.

Jaime era una especie de mozo amanerado, pero Homero (Miguel Céspedes) comenzó a llamarlo “pájaro”, porque era el “canchanchán” de su esposa  (Alondra) y esto le molestaba. La comedia, sin ser modesto, es una de las de más fina trama que se han hecho en Telemicro, pues era humor universal, es decir, la situación presentada allí puede ocurrir en cualquier sociedad.

La trama era sobre una familia pobre que de pronto se convierte en rica y no escapa a los choques sociales. Pues bien, debido al personaje de Jaime, para mucha gente de la calle este servidor era “pájaro”. El término gay no era tan utilizado, además de que el dominicano, que le busca humor a todo, dice que es gay para la clase alta, homosexual para la clase media, y cundango o mari… para la clase baja.

Por el papel de Jaime, algunas amigas especiales, nos decían: “¿Te puedo decir algo? Yo pensaba que tú eras homosexual”. Les contestábamos, a manera de seguirles la corriente: “No sabes si lo soy, pues hay de las dos bandas” (bisexuales).

En ese entonces, desarrollábamos una actividad que, a nuestro entender era un caso único entre los comediantes: éramos profesor de Mercadeo y Ventas y Atención al Cliente en CENTU, cursos fundados por nosotros en el año 1995.

En ocasiones, cuando entrábamos al curso el primer día de clase, escuchábamos el cuchicheo de los estudiantes, al darse cuenta que el “profe” era Jaime, y en una ocasión (los profesores desarrollan una capacidad auditiva notable), recordamos que en un cuchichear escuchamos claramente la frase: “Ah, pero si es el pájaro que trabaja en el Cinco”. A los diez minutos, después de la bienvenida, el auditorio sabía que estaba ante una persona que delimitaba claramente ambas funciones y que en nada tenía los rasgos del personaje.

Recién casado, mi suegro vivió una experiencia que ha narrado muchas veces, a manera de anécdota. Cheddy García y nosotros hicimos un anuncio para una importante marca de un producto comestible, y pasando por Villa Juana, en una actividad promocional, subidos en un camión iban Jaime y Alondra, al vernos pasar, una señora exclamó: ¡Mira donde va Jaime, el pájaro del Cinco!

Mi suegro, sin protestar, pero para tirarme la toalla,  le dijo: “Él no es pájaro, es el esposo de mi hija”, y la señora con mucho desparpajo y gracia, le respondió: “Mire, ése será el esposo de su hija, pero de que es pájaro, es pájaro”.

Todos rieron de buenas ganas, incluyendo a mi defensor. Nunca nos acomplejamos, nunca nos sentimos extraños, mucho menos nos pasó por la mente dejar el humor y hemos seguido interpretando papeles de homosexuales. Si fuésemos homofóbicos, o no estuviésemos claros sobre nuestras preferencias sexuales, para esa época habríamos abandonado la televisión, donde a cualquiera lo acusan de ser homosexual, aun sin interpretar algún papel relacionado.

El que es homofóbico en este medio, tiene que retirarse, pues es inevitable encontrarse con homosexuales. Lo hemos tenido como compañeros de trabajo en la televisión, como alumnos en nuestros cursos y los tuvimos como compañeros de labores en CODETEL, cuando la homosexualidad era sumamente rechazada (1986  a 1994).

Para finalizar, sabemos que Ricky Martin es una bella persona, un gran artista y  un ser caritativo, pero eso no hace cambiar nuestra opinión de que su papel de padre es cuestionable y de que hay que ser cauto con la difusión de materiales relacionados con la justificación y defensa de la homosexualidad.

No rechazamos que una persona elija ser homosexual (quizás sean problemas de nacimiento o de otra índole), a lo que nos oponemos es a la difusión, a la propaganda,  a que quieren llevarnos a un terreno donde nada es malo y todo es bueno. ¿Quieren un ejemplo de a qué nos referimos con esto de la difusión?

Eran alrededor de las ocho de la mañana, los niños ya casi se iban para el colegio y veíamos algunas noticias en la televisión, cuando de pronto presentaron, a manera de primicia, a las dos primeras personas del mismo sexo que se casaban en Argentina. Eran dos tremendos varones, dos tajalanes.

La noticia, era impactante, pero más impactante fue el tremendo y largo beso que se dieron los dos tipos. ¿Cómo diantre uno le explica eso a unos niños que saben que lo correcto es papá y mamá? En fin, todo el que quiera ser homosexual (quizás no sea el peor pecado), que lo sea, pero también nosotros tenemos el derecho a disentir y a rechazar de manera ecuánime la promoción abierta, irracional y dañina que algunos le dan a la homosexualidad hoy día.