La entidad había relanzado hace tres meses ese departamento “como forma de seguir protegiendo nuestras marcas y con ello la pujante industria del cigarro de la República Dominicana”.
El ingeniero Lorenzo Fernández, director del organismo dijo que el Departamento de Anti falsificación ha realizado en las últimas semanas nueve acciones de incautación de cigarros falsificados en todo el territorio nacional a fin de combatir esa práctica delincuencial. En la provincia La Altagracia se hicieron cuatro incursiones, también en Santiago, Puerto Plata, Cabarete y Sosua.
En los operativos, todos realizados en coordinación con los procuradores fiscales correspondientes, se decomisaron 1,148 cajas de cigarros falsificados, rotulados con etiquetas falsas de marcas premium como Cohíba, Monte Cristo, Davidoff, Romeo y Julieta, Macanudo, entre otras, por un valor aproximado de 8.0 millones de pesos.
El director de Intabaco exhortó a las fábricas de cigarros a acercarse al Intabaco para desplegar esfuerzos conjuntos con miras a combatir de manera enérgica esta práctica delictiva, que atenta contra la bien ganada imagen del cigarro dominicano.
Hay que aplaudir esa iniciativa, porque en verdad es una vagabundería de marca mayor la que hay con los cigarros falsificados.
Cuando se pide un vino en un restaurante se lo dan a probar antes de servir las copas. Si está agrio o ha perdido la textura y los atributos que le confieren singularidad a una cosecha, usted está en el derecho de rechazarlo y aunque le hayan abierto la botella, no tiene usted que pagarlo.
Con los cigarros falsificados es diferente, porque aunque usted se dé cuenta de que hay "maco entre macuto", no hay forma de probarle al negocio que es falsificado.
Es duro usted pagar 700 pesos por un puro premiun supuestamente XO que entonces le salga dañado, que su quemadura no sea la habitual, o que le dé la impresión de que usted tiene un torpedo en la boca.
Y eso sucede en muchos lugares donde los dueños le hacen el juego a los falsificadores, creyendo que la gente no se va a dar cuenta.
Donde más estafas se cometen es en los hoteles y establecimientos ubicados en los enclaves turísticos.
Se sabe de la fama del tabaco dominicano y los turistas quieren siempre probarlos o llevarlos de regalo cuando se encuentran con ellos en las tiendas.
Al final se llevan una mala impresión con la basura que están comprando.
Así que es necesario apoyar a Intabaco en su lucha contra la piratería de cigarros, y ojalá que no ocurra igual a lo que acontece con piratería de discos y de películas.
Hay policía que incautan esa mercancia, y después las ponen a vender en otro lugar, esos farsantes.
Se cumple aquello de que "ladrón que le roba a ladrón tiene 100 años de perdón". Y de verdad que si lo tienen...I like to living in Dominican Republic.
Me alegro. Eso de fumar es una vagabundería, el que quiera esa vaina que pague las consecuencias.
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