domingo, 16 de enero de 2011
Ayer al igual que hoy, en el pasado se inauguraban también las obras públicas con gran pompa, aunque no a todas iba el generalísimo Rafael Trujillo Molina. Eso si, que en todos los discursos, y hasta en las palabras de bendición del cura, había que mencionarlo y exaltar la gran obra de "el ilustre Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva", que era un cliché que no se podía quedar. El que se equivocaba, y por omisión o ignorancia no mencionaba al Jefe, la pasaba mal, pues el funcionario caía en desgracia o iba preso. Hoy también hay que hacer discursos laudatorios en las inauguraciones, donde se destaca la obra del presidente de turno, se magnifica su trabajo y hasta se pide la reelección si hay que pedirla, porque todo se vale. Es parte de la cultura política de nuestro país, aunque mirándolo desde otra optica, más bien es una expresión de nuestro secular atraso como nación. Porque para "lambones", búsquennos...Es algo que nos lo impusieron a la fuerza, y que ahora lo ejercemos de gratis. Viene por inercia, como parte de nuestro paquete del "todo incluido".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
!!! O SEA, COMO DICE MAMI;NO HAY NADA NUEVO DEBAJO DEL SOL.!!!..estan hermosas esas fotos..gissy
ResponderEliminarJoseph esa bandera en la primera foto arriba en la izquierda de que es?
ResponderEliminarEs la bandera de España, pues se trata de la inauguración de la Avenida España.
ResponderEliminarOK gracias
ResponderEliminarQue grande mi general! ya el tiempo te puso en su justo lugar, este pais es un caos, regresa por favor!
ResponderEliminar