Joseph Cáceres

Hitler concibió el Volkswagen

como el carro del pueblo...

El nombre Volkswagen se debe a que en los años surgió en Alemania el proyecto de construir un automóvil que fuese accesible para un gran número de personas. Cuando Adolf Hitler  se alza con el poder en 1933 decide poner en marcha un plan de fomento de la industria del automóvil, con el objetivo de relanzar sus fábricas y hacerlas más competitivas frente a las inglesas y las francesas.

De este modo se lanza un concurso a los empresarios para la concesión de la fabricación del denominado 'automóvil del pueblo' (Volks Wagen).  Ferdinand Porsche fue el encargado de llevar a cabo el proyecto cuyo fin era construir un vehículo sencillo y barato que pudiese estar al alcance de la mayoría de los alemanes.

Hitler pretendía construir la fábrica más grande de Europa para la fabricación del automóvil del pueblo. Para ello, el requisito era tener acceso a una vía fluvial navegable. También era necesaria una central eléctrica propia, que abasteciera tanto a la fábrica como a la nueva ciudad. Hitler escogió el pueblo de Fallersleben, a orillas del canal de Mittelland. El lugar formaba parte desde el siglo XlV  del Condado de Schloss Wolfsburg, propiedad del conde von Schulenburg. Según las ideas de Hitler, la fábrica debía disponer de su propia ciudad anexada a la misma, para alojar a los trabajadores y sus familias.

El nombre escogido por Hitler para el automóvil fue Kdf-Wagen (Kraft durch Freude: ‘fuerza a través de la alegría’) y la ciudad, Kdf-Stadt. Sin embargo, ni en la fábrica ni en toda Alemania nadie empleó otro nombre que no fuese el de Volkswagen para referirse al Escarabajo. El nombre Kdf-Wagen sólo fue utilizado en los catálogos y por los militares nazis.(wkp)

Trujillo lo usaba para masacrar al pueblo

Aquí están los temibles Wolkswagen "cepillos" color negro, de los cuales habían centenares en todo el país, para vigilar al pueblo, sobre todo a los disidentes, y a veces hasta para hacer maldades por asuntos personales. El que se metía con la mujer de un calié o un familiar suyo se lo llevaba "el mismo diablo". Los cepillos patrullaban por toda la ciudad día y noche chequeandolo todo. En el 59 estaba prohibido escuchar emisoras de fuera en onda corta, pues los enemigos de Trujillo tenían una campaña en contra de la dictadura a través de emisoras venezolanas, cubanas y boricuas, y "al jefe" le disgustaba que aquí la gente escuchara las cosas feas que se decían de él desde el extranjero, además de que se le podía abrir la mente y podían surgir más disidentes, como de hecho sucedió con muchos que de noche se trancaban a escuchar emisoras de fuera. Eso si, que al que encontraban pegado a su radio, "guillado", oyendo emisoras de fuera, se lo llevaban "de éste alto y lo trancaban. No se aceptaban escusas de que era oyendo música de El Jibarito de Lares, Lucho Gatica y El Indio Araucano. Era "pa' dentro" que le daban...Y para infundirle pánico a la gente, y nadie escuchara la radio de fuera, los calieses regaron la especie de que tenían un aparatito que captaba señales y podían ir directamente donde estuviera alguien escondido con su radito. Era mentira, pero, con el terror que había la gente se lo creía...Algunos hasta botaron el radio, para que no hubiera la menor duda. Así era el pánico, el terror y el miedo bajo esa dictadura.