Joseph Cáceres

Los dos nuevos “padres” cundangos

Por Orlando Holguín

Luego de bajar la cantidad de artículos casi a cero, motivado por el cambio de canal de nuestro programa Ke Colmado, aquí estamos, aprovechando esta oportunidad que nos da Joseph Cáceres en su página de desahogarnos y  de, a veces, vaciar nuestras frustraciones, las mismas que tienen todos los seres humanos,  pero también de aprovechar la oportunidad de  pretender ser escritores, como una vez dijo uno de los que  me acaban en Merengala (que es bueno, pues mantiene el debate).

A esa persona le digo, que esté tranquila, que nuestra principal actividad sigue siendo el humor y ahora la producción de nuestro humilde programa. Pero sí valoramos al máximo el tener acceso y escribir en la mejor página de comentarios sobre el mundo del arte popular y el espectáculo.

Pues bien, nos hemos tenido que fumar, chupar, aguantar, soportar y hasta “bufiarnos” todo lo que tiene que ver con Ricky Martin. Nos han dado Ricky Martin hasta por donde se suponen que le dan a el. Y yo sigo insistiendo en que Ricky y su equipo eligieron el mejor momento para el destape: cuando su carrera ‘e pa’ bajo que iba.

Los resultados no se hicieron esperar. Como la venta del disco está floja y los tours también, ¿qué mejor que declarar algo que todo el mundo sospecha y sabe, pero que no se ha hecho público? Es  ahí cuando el volátil cantante dizque se sale del closet.

Ya conocemos a su novio, a los carajitos, a la nana, al cochecito, y de milagros a algún productor no se le ocurra realizar un raeality show sobre la vida de este gran “padre” y su pareja, en el cual incluiría a un joven adulto que también muestre inclinaciones homosexuales, pero que no se define.

 

Como a Merengala la lee mucha gente en todas partes, con todo el respeto a la creatividad ajena, aquí le propongo el título en español, parodiando la serie del perro sexual que es Charlie Sheen. La serie se podría llamar: “Dos cundangos y medio”.

Quiero repetir que no me opongo a la homosexualidad, pero aquella que se mantiene en secreto, aquella que disfrutan en contubernio él y él y ella y ella. Fíjense que hasta el idioma se niega a estas cosas, pues nadie cambia que de la manera que suena más bonito y aceptable (tal vez por la fuerza de la costumbre) es ella y él.

Seguiremos diciendo  no  y mil veces no a la jodía difusión de la pajarería como algo muy normal, y que los demás debemos aceptar de lo más natural, ya que si no lo hacemos, nos estrujan en la cara los derechos de los homosexuales, esos mismos derechos que tenemos nosotros a no aceptar la libre y dañina difusión de todos estos materiales, dañina sobre todo para los que todavía no entienden las marañas y complejidades de este mundo.

Cuando ya Ricky ha logrado todos sus propósitos (dar el grito, quitarse ese peso de encima, hacer unos buenos chelitos con el libro, vender entrevistas y quien sabe si hasta cantar a dúo con “su novio”), ahora leemos el titular “Elton John y su esposo ya son padres”.

Con el perdón de ustedes: ¡Coño, pero qué  vaina! Es por eso que este mundo lleva este rumbo, por la hipocresía que invade a todo animal pensante de dos patas, es decir, al ser humano. El titular debería decir: “Dos desviados más que contratan un vientre”. Pero no coger la palabra “padre”, como si padre fuera cualquiera, como si esta condición la puede ostentar el que eyacula en un envase especial, para luego enviar el esperma a un banco,  después ubicar a una mujer a la cual se le paga para preñarla con ese método, no embarazarla, sino preñarla, que es un término más acorde con lo irracional del todo esto.

Cabe preguntar: ¿qué carajo puso el “esposo” de Elton John para ser padre de la criatura? Bueno, quizás lo ayudó a masturbarse. Lo lindo es ver a doña Elton John en una foto, al lado de su manganzón “esposo”, un tajalán, diciendo que ya son padres.

Ni siquiera estoy de acuerdo con las leyes de algunos países, donde las mujeres infieles son cruelmente asesinadas y los hombres azotados, pero sí estoy de acuerdo en que este asunto de promover la homosexualidad a través de los medios, como si nada estuviera pasando, debería ser regulado, o por lo menos que lo publiquen en medios propios para persona adultas desviadas sexualmente.

¿Que eso es coartar la libertad y los derechos?, bueno estos, según las reglas que rigen en los grupos humanos, son de unos y de otros.