RESPUESTA A JESUS ESPINAL
Por Johnny Arrendel
El director de la Fundación Institucionalidad y Justicia, Servio Tulio Castaños, deploró en 2010 que la Policía se haya “degradado y que muchos de sus miembros sirvan de chóferes y guardaespaldas de bachateros y peloteros”.
Franklin Almeyda, ministro de Interior y Policía, recién informó que la mitad de los 30 mil agentes no cumplen su misión de salvaguardar la ley, el orden y la seguridad ciudadana.
Almeyda, superior jerárquico de la Policía, anunció en Navidad un plan para recuperar a los 15 mil agentes asignados a empresarios, funcionarios, periodistas, etcétera.
Esos policías bajo el mando de particulares, empujan carritos de supermercados, llevan niños a colegios y hacen de mandaderos de sus detentadores, esposas y amantes.
Es paradójico, los agentes privatizados, pero pagados con nuestros impuestos, son los que con más facilidad consiguen ascensos, en desmedro de quienes sí se fajan a combatir el delito.
En cualquier supermercado, mall o plaza, los encargados de seguridad son oficiales y agentes activos. Eso puede comprobarlo Jesús Espinal.
No obstante, no soy un persecutor de la Policía, y por el contrario, reclamo mejores sueldos, beneficios y condiciones de vida para los agentes que cumplen.
Hay consenso en Merengala de que el jefe policial, general José Polanco Gómez, incurrió en falta al recibir en su despacho al presunto homicida Alfredo Simón.
Con relación a los peloteros, no es de ahora que ese sector obtiene privilegios en su trato con las autoridades.
El entonces director de Aduanas, Quico Tabar, promovía lo que llamaba eufemísticamente, “tradicional juego de sofbol de aduaneros y bi-leaguers”, solo para tener que dar exorbitantes facilidades a esos millonarios.
En cambio, el actual director, Rafael Camilo, encontró que el padre de David Ortiz, deportista ejemplar y amigo del presidente Leonel Fernández, intentó que se le exonerara un vehiculo de lujo, pero no le complació y debió pagar su arancel.
Pero, aún en tiempos de Tabar, aunque muchos peloteros se beneficiaban de exoneraciones, otros como Cabeza Fernández, Jorge Bell, Dámaso García y Alfredo Griffin, traían donaciones para hospitales, hogares de niños y de ancianos.
Creo fue el ex baloncestista Charles Barkley, de la NBA, quien ante criticas de la prensa por sus visitas a bares de mala muerte, proclamó que su misión era brillar en las canchas y en modo alguno ser “ejemplo para la sociedad”, como reclamaban los medios.
Con esto apunto que no necesariamente la calidad atlética de una figura del deporte está vinculada a su impronta moral y social.
En todo caso, es alentador que un joven de las élites académicas del país preste atención a los que se escribe en este espacio.
Economista, 20 años de edad, cursando un MBA -Master Business Administration- (post grado mas valorado en esta época), es probable que Jesús Espinal domine al menos un segundo idioma y con seguridad las nuevas tecnologías.
Le veremos brillar en el futuro mediato desde los sectores público o privado.
Ello habla del impacto y penetración de esta iniciativa que impulsa Joseph Cáceres.
Si es verdad su curriculum, debe ser hijo de un funcionario de esos a los que ligia amada y los demás compiches les dan las becas que se merecen otros. Al estudiantico este le decimos aqui en merengala, que la policía jiede, el país jiede los gobiernos jieden, el mismo jiede a embuste.
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